La microtia es una enfermedad congénita que afecta al oído externo y puede presentarse de forma unilateral o bilateral y su consecuencia directa es la pérdida de audición. Con esto en mente, la parte más importante es lograr una detección oportuna para brindar la atención necesaria al paciente.
¿Cómo se clasifica la microtia?
Muchas veces se piensa que sólo se trata de un problema estético pero en realidad es mucho más complejo. La palabra microtia significa “oreja pequeña” en griego y consiste en una deformidad del oído externo que puede variar en gravedad y se clasifica en cuatro grados.
- Grado 1: La oreja conserva la mayor parte de su forma, pero presenta pequeñas alteraciones.
- Grado 2: Partes de la estructura del oído están poco desarrolladas o ausentes.
- Grado 3: Es el más común y a menudo se presenta sólo una pequeña porción del lóbulo de la oreja en forma de cacahuete.
- Grado 4: Este grado implica la ausencia total de la oreja externa.
La microtia suele estar acompañada de atresia (la ausencia de una abertura natural en el cuerpo), lo que impide que el sonido llegue al oído interno y causa una pérdida de audición conductiva de moderada a grave.
Se estima que alrededor del 60% de los casos de microtia con atresia están asociados a síndromes como el de Goldenhar o Treacher-Collins.
Para los niños con microtia y pérdida auditiva asociada, el tratamiento temprano es crucial para evitar retrasos en el desarrollo del habla.
Además de la audición, las diferencias visibles en la estructura de la oreja pueden impactar en la autoestima del niño y su bienestar emocional.
Opciones de tratamiento para la microtia
La reconstrucción quirúrgica de la oreja es una opción para abordar los aspectos estéticos de esta condición.
Los audífonos convencionales no son eficaces para la microtia-atresia debido a que la malformación del oído externo y el conducto auditivo impiden el paso del sonido y la oreja deformada no permite colocar un audífono dentro o detrás de ella.
La tecnología de conducción ósea ofrece una alternativa eficaz al transmitir el sonido desde el cráneo directamente al oído interno.
“Las soluciones auditivas no quirúrgicas son esenciales para lactantes y niños con microtia-atresia, ya que sus cráneos aún están en desarrollo y son delgados. Estos sistemas, que se adhieren al lateral de la cabeza mediante un adaptador, proporcionan un sonido claro a pesar de las deformidades del oído y facilitan un desarrollo del habla adecuado para su edad”, señala la Dra. Jimena Atuán Rodas, Médico especialista en Audiología y Gerente de Soporte Clínico MED-EL.
Médico nace con microtia y hoy es residente de Audiología
Actualmente, las diversas soluciones tecnológicas pueden mejorar significativamente la calidad de vida de quienes presentan pérdida auditiva y microtia. Un ejemplo de ello es el Dr. Juan Pablo Alejandro Valadez Murillo, médico residente en audiología y otoneurología y mentor en MED-EL. Tras someterse a varias cirugías reconstructivas y utilizar soluciones auditivas avanzadas, ha logrado experimentar grandes cambios positivos en su vida.
“Soy una persona con hipoacusia y microtia bilateral, mi pérdida auditiva fue de nacimiento, tuve un tratamiento quirúrgico para reconstruir parte de mi oído externo. Tenía muchas inseguridades de niño, debido a mi situación, pero a los 12 años usé una diadema ósea que hizo un cambio radical en mi vida, pues entré a un nuevo mundo lleno de sonidos”.
El joven actualmente estudia la especialidad de Audiología porque uno de sus principales objetivos es ayudar a más personas que tienen problemas con los sonidos que escuchan todos los días.
De acuerdo con la Secretaría de Salud (SSa) existen alrededor de 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva en México. De dicha cifra hay entre 2,000 y 4,000 que nacen con sordera congénita y por ello el diagnóstico y la intervención temprana son fundamentales en la microtia y la pérdida de audición asociada.