Los pesticidas son utilizados para proteger los cultivos de insectos, malas hierbas y enfermedades, pero pueden causar daños a la salud. Principalmente, porque, al quedar residuos en las frutas y verduras que consumimos, el organismo se deteriora.
Además, el uso de estos elementos químicos es muy variado. Ya que, se emplea en la agricultura, ganadería y cría de animales domésticos, para el controlar de plagas. Pero también, es usado en espacios donde habita el hombre, como edificios, aviones y centros comerciales, para combatir vectores que causan enfermedades, como la malaria.
El abuso de insecticidas y plaguicidas se ha intensificado en los últimos tiempos, por la necesidad de proteger la producción de alimentos y evitar patologías asociadas a insectos, poniendo en peligro la salud humana.
A pesar de ello, los gobiernos y las autoridades sanitarias desarrollan políticas para incentivar el uso de productos con escasa toxicidad. Buscando que los cultivos, la ganadería, el medio ambiente y los individuos no corran riesgos.
Los pesticidas son potencialmente tóxicos
Es innegable que el uso de pesticidas es necesario para evitar la proliferación de hongos, bacterias y plagas. Es así, como estos elementos preparados químicamente se encuentran en el medio ambiente, en los productos del hogar, en los electrodomésticos y en los alimentos, para preservarlos.
Como vemos, el cuerpo humano a través de la respiración, la digestión y la piel se ve expuesto a la toxicidad de los plaguicidas por el aire, los alimentos y el agua. En, pero, los riesgos asociados este tipo de sustancias químicas, van a depender de la dosis y el tipo de contacto. Lo que genera a corto o largo plazo efectos sistémicos, localizados o patológicos, de mayor gravedad.1
La intoxicación, individual o colectiva, es uno de los principales efectos de los pesticidas alimentarios. Debido a que los productos que salen de la tierra no son descontaminados en forma correcta o son mezclados en forma accidental con sustancias toxicas. Desatando dolor de cabeza, problemas digestivos, debilidad muscular, aceleración del ritmo cardiaco, picor en la piel y otros síntomas que deben ser tratados.2
Los trastornos hormonales, derivados del consumo de productos como los pimientos, peras, manzanas, tomates, pepinos, lechugas y naranjas, tratados con plaguicidas disruptores endocrinos. Se convierten en agentes contaminantes que lentamente desarrollan células cancerígenas. Pero también, malformaciones en el feto y amenazas de aborto espontaneo.
Las mujeres en estado de gestación son las que tienen mayor riesgo, al consumir alimentos contaminados con sustancias químicas para su conservación. Porque, en a madre puede producir intoxicación, problemas en la piel y daños celular. Pero en el feto sus efectos son graves, llevando a generar problemas metabólicos y neuronales.3
Los pesticidas pueden tener efectos de gravedad en la salud humana, a causa de la exposición prolongada y la dosis de estas sustancias. Por tanto, tener algunos cuidados ayuda a minimizar los riesgos. Es así, como lavar las frutas y verduras antes de consumirlos o procesarlos. Optar por alimentos orgánicos. Leer las etiquetas de los productos que se utilizan para el control de plagas, cumpliendo con el correcto almacenaje y utilización. Son recomendaciones que cuidan la salud.
Referencias:
- 1. del Puerto Rodríguez Asela M, Suárez Tamayo Susana, Palacio Estrada Daniel E. Efectos de los plaguicidas sobre el ambiente y la salud. Rev. Cubana Hig Epidemiol [Internet]. 2014 Dic [citado 2021 Mar 27]; 52(3): 372-387. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-30032014000300010&lng=es.
- Ana Ferrer. Intoxicación por plaguicidas. Anales Sis. San. Navarra. [internet] 2003 [consultado 27 marzo 2021]; 26(1): 155-171. disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/asisna/v26s1/nueve.pdf.