Según datos dados por el INEGI sólo una cuarta parte de los adultos mayores cuentan con pensión (26.1 por ciento) y tres de cada cuatro (74.3 por ciento) se insertan al mercado laboral informal lo que provoca que no tengan prestaciones laborales y que perciban un menor ingreso, razón por la que muchos no pueden atender sus necesidades de salud cuando es necesario.
Basandose en eso fue que Rogelio Ventura Rivera, estudiante de Tecnologías Electrónicas, en el Tec del Estado de México, decidió crear un Emiti, un dispositivo portátil que se asemeja a una pulsera el cual mide la temperatura, la presión arterial, el pulso y, además, tiene detector de caídas.
En caso de algún accidente, manda una alerta automática a familiares para que reaccionen rápidamente. No hace falta que la persona apriete un botón determinado. El dispositivo automáticamente detecta la caída, explicó el estudiante.
A diferencia de otros dispositivos, Emiti no requiere de WiFi para funcionar ni de un celular asociado para ser activado. Transmite los avisos a través de una red convencional de telefonía móvil y trae una SIM propia integrada
La ventaja que tenemos frente a dispositivos similares, es que el usuario no requiere tener un teléfono celular. La idea se basa en que no todas las personas mayores saben usar un smartphone. Se tendrían que pagar mil 500 pesos por el equipo y vendría con un año de comunicación incluido; renovar costaría 120 pesos al mes. Una cantidad que la mayoría de las personas podría costear.
Actualmente los prototipos están a prueba en asilos de adultos mayores y en una casa de pacientes con Parkinson.
Ellos los están probando. En un año ya estarían listos para ser vendidos en línea. La idea no es tanto venderlos al usuario final, sino a los familiares, que son quienes se preocupan más por el bienestar de ellos.
Otro invento similar es la pulsera inteligente que desarrolló la estudiante española, Celia Gómez Jiménez, la cual tiene como objetivo medir en tiempo real el nivel de azúcar en la sangre de los niños y alertar en caso de una posible hipo o hiperglucemia.
La pulsera inteligente consta de un sensor el se sitúa en la oreja y funciona como un radar que detecta las anomalías de la glucosa en sangre. Al hacer la medición de forma continua, es posible configurar el dispositivo para establecer cada cuánto se quieren recibir las alertas.