En época electoral es común escuchar a los candidatos exponer sus ideas sobre cómo mejorar el sistema de salud pública, pues se trata de un tema de interés general, con aspectos económicos, políticos y tecnológicos muy notorios.
En este sentido, la realidad es que solucionar el acceso, la transparencia y la calidad de los servicios de salud que el Estado otorga a sus ciudadanos es un tema por demás complejo y burocrático, pues la política pública de salud de un país o región no cuenta con una solución simple.
Para cualquier persona resulta evidente que el uso de la tecnología aplicado a la salud se ha vuelto indispensable. Indudablemente la salud se ha integrado a la tecnología y el Estado coincide en dicho punto. De hecho todos los países buscan reducir costos de salud usando la tecnología y la investigación.
Lo que quiero decir es que tanto la salud pública como su eficacia, se encuentran supeditadas a una combinación de muchos factores y voluntades. En este artículo hablaré en específico de cómo, personalmente, pienso que la tecnología de software puede ayudar.
Gobierno abierto, datos abiertos
La época de la información terminó. Aquella idea de, “quien tenga la información tiene el poder” es cada día más obsoleta. De hecho el mundo se convierte cada vez más en un mundo abierto y colaborativo, pero posiblemente el Estado es el último en entender la profundidad y valor ese concepto de “apertura”.
Los datos de salud que recaba cualquier gobierno deberían de ser útiles, pero hoy son estáticos y eso los convierte en inservibles para la innovación tecnológica.
El gobierno, al abrir sus datos de salud de manera responsable y moderna (tecnológicamente hablando), podría lograr avanzar a pasos gigantes en mejorar sus políticas públicas.
Las propuestas pueden ser desde APIs públicas, machine learning, blockchain, inteligencia artificial, salud a distancia, video, etc.
- El costo de compra de medicamentos mejoraría: Basta con hacer una integración entre proveedores de medicamentos y compradores de los mismos para saber quién vende más barato y entrega mejor el servicio.
- Evidentemente se salvarán vidas: Pronosticar epidemias antes que sucedan, ayudar a la prevención, abonar a la investigación y desarrollo de fármacos.
- La atención centrada en el paciente mejoraría: Los datos clínicos de cada paciente podrían ser analizados, compartidos y estudiados por distintos especialistas médicos dentro del sistema.
- Ahorro de dinero: Si el gobierno abre tecnológicamente sus datos podría además ahorrar mucho dinero con desarrollos de terceros que evitan las licitaciones y costosos proyectos.
Recientemente, por ejemplo, Apple abrió su API para salud –me pregunto: ¿sabrán los gobiernos qué es un API?–, lo cual representa un paso importantísimo para que la salud comience a construirse desde el paciente hacía el exterior. Una empresa como Apple comprendió que abriendo su información y plataforma es la manera en la que se construye un mejor sistema de salud y además generan beneficios económicos.