A lo largo del último año y medio ha existido un drástico cambio en todos los aspectos de la vida. La aparición de la Covid-19 es la principal responsable y ahora las pruebas para su detección se han vuelto demasiado comunes. Aunque existen laboratorios especializados que las realizan por precios onerosos también se han instalado módulos en plazas públicas que las llevan a cabo de forma gratuita e inmediata. Pese a que la de PCR es la más popular también existe la de antígenos, la cual puede ser nasofaríngea, nasal o de saliva. ¿Sabes cuál es la diferencia entre cada una?
A pesar de que cada una tiene diferentes características, la conjunción de las tres generan un esquema de prevención vital, sobre todo durante la nueva normalidad en donde miles de personas regresaron al trabajo de oficina y los menores de edad a clases presenciales.
Las ventajas de estos test es que detectan la presencia de la Covid-19 a partir de un análisis de las proteínas del SARS-CoV-2 y no de su material genético. En este sentido, el material recolectado de la nariz o saliva puede ser analizado por los profesionales de la salud para obtener un resultado en menos de una hora.
Opciones actuales
Al respecto, Federico Lozano Blackaller, CEO y fundador de Kabla, empresa dedicada a la distribución de dispositivos diagnósticos, señala que para una prueba de antígeno de Covid-19 lo ideal es hacer una toma nasofaríngea con la intención de poder recolectar la mayor cantidad de proteínas virales posibles. De esta manera se obtiene un resultado positivo en caso de haber presencia de antígeno viral en la muestra. La calidad y la cantidad de células ayuda mucho a la precisión de la prueba.
El especialista precisa que el resultado de una prueba depende de la obtención de la mayor cantidad de proteínas virales en una sola toma. Ante eso una muestra nasofaríngea suele ser la ideal. Aun así, en algunas poblaciones esta muestra resulta ser muy incómoda y un poco invasiva, sobre todo cuando se trata de casos en los que hay que realizar esta prueba de forma frecuente.
¿Cuál conviene más?
Los países están regresando a sus actividades habituales luego de meses de confinamiento y cambios abruptos en los semáforos epidemiológicos. En México recientemente se reabrieron las escuelas y de a poco el turismo se ha ido reactivando, la pregunta es ¿Cómo dotar de una herramienta de detección de casos rápida y accesible a una comunidad que está cada vez en mayor movimiento? La respuesta es integrar pruebas nasales, nasofaríngeas y de saliva.
Las pruebas nasofaríngeas son más sensibles a la presencia del virus, pero también más invasivas. En contraste, las pruebas nasales son un poco menos sensibles, ya que el material de muestra se extrae únicamente de la nariz, pero tienen la ventaja de que permiten una aplicación más frecuente, lo que las hace ideal para poblaciones en riesgo de contagio o niños.
Por ejemplo, una persona que convivió en días recientes, con otra que dio positivo a Covid-19 podría hacerse una prueba nasal de antígenos antes de realizarse una prueba de PCR. Si, tras la prueba nasal da positivo, entonces podrá tomar la decisión de someterse a una cuarentena inmediatamente. El segundo paso sería confirmar el resultado de la prueba con una de laboratorio.
“Las muestras de saliva son menos sensibles que una nasal o una nasofaríngea; sin embargo, también podrían llegar a tener utilidad hablando de menores de edad o en ciertos casos muy excepcionales y además se realice un muestreo más frecuente”.
Es decir, los niños en edad escolar podrían ser una población beneficiaria de este tipo de
pruebas, ya que se pueden aplicar de manera más frecuente y con un alcance de individuos más grande.
Es importante consultar la página de la Secretaría de Salud (SSa) para conocer las pruebas autorizadas en el país y validadas por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).