- Se estima que por cada prueba rápida realizada se generan alrededor de 10 gramos de plástico que nunca será reciclado.
- Durante la pandemia el plástico desechable aumentó hasta en un 300% en todo el mundo.
- Ante este panorama surgió Gelassette, la primera prueba rápida Covid-19 que es biodegradable y amigable con el ambiente.
Una consecuencia de la pandemia y que muchas veces no es mencionada es la enorme cantidad de basura que se ha generado. Desde los cubrebocas hasta el plástico de un uso han visto un preocupante aumento a lo largo de los últimos dos años. Por eso diversas asociaciones ecológicas han solicitado emprender acciones urgentes. Como resultado se desarrolló una prueba rápida Covid-19 que además es biodegradable y lo más destacado es que se trata de un proyecto mexicano.
En ese sentido, una de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que el virus SARS-CoV-2 podría volverse endémico como el VIH. En caso de ser así es necesario prepararse para convivir con él por siempre.
De igual forma, se prevé que sea como la influenza y durante algunas épocas del año registre un aumento de casos. Por lo tanto, además de las medidas de prevención e higiene también es necesario contar con los insumos suficientes para confirmar casos en personas sospechosas.
Innovación creada en México
El hombre detrás de esta idea es Luis Fernando Sánchez, quien es egresado de la carrera de Diseño Industrial del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México. A partir del contexto actual creó Gelassette. Se trata de una prueba rápida biodegradable para la detección del virus causante de la Covid-19.
Su contenedor se llama cassette y lo más novedoso es que se degrada en menos de cuatro semanas a nivel suelo y se disuelve en agua en menos de tres horas. El principal atributo de este producto es que todas aquellas partes que generalmente se fabrican con plástico ahora son imitadas por una gelatina de grado médico 100% amigable con el medio ambiente.
“La Asociación Internacional de Gestión de Residuos, estima que el plástico desechable aumentó hasta en un 300% desde el comienzo de la pandemia. Dado que es probable que el COVID-19 forme parte de nuestras vidas, debemos considerar cómo manejar los productos de protección de un solo uso así como las pruebas rápidas de antígenos y su producción”, aseguró Luis Fernando Sánchez.
El problema de la basura generada por las pruebas rápidas actuales
De acuerdo con su creador, cada vez que se realiza una prueba rápida de detección de dicho virus se tiran a la basura alrededor de 10 gramos de plástico que nunca logrará ser reciclado. Aunque parece una cantidad mínima, al multiplicar por los millones de pruebas que se utilizan se generan grandes toneladas de basura.
Por ello, este proyecto innovador tiene como objetivo resolver el control de desechos médicos en todo el mundo con soluciones viables y asequibles para todos, mientras se busca el equilibrio entre el cuidado del medio ambiente y la salud pública.
De hecho, recientemente este emprendimiento firmó un NDA (Non Disclosure Agreements por sus siglas en inglés) con una de las productoras de colágeno más grandes a nivel mundial para comenzar pruebas de laboratorio el próximo octubre. La meta es reemplazar todo el plástico de las pruebas para el 2030.
A su vez, Gelassette participó en el Salone Satellite de Milán en su edición del 2022 y fue nominado al premio de la exposición. Mientras que el próximo 27 de octubre formará parte de la exposición Diseño + Salud en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad en España.
Cabe destacar, que el proceso creativo de Gelassette se llevó a cabo en el 2020 con la colaboración del también egresado del Tecnológico de Monterrey, Daniel López Velasco. Actualmente Luis Fernando, junto a la fundación de Okos Diagnostics, trabaja con la misión de transformar la realidad de las pruebas de un solo uso para que los diagnósticos médicos cumplan con un proceso sostenible.
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