De acuerdo con el Instituto Nacional de Geriatría en septiembre de 2016 existían alrededor de 800 mil casos de Alzheimer en México, con una tasa de crecimiento anual de 30 incidencias por cada mil personas. Como consecuencia de su rápida expansión y magnitud, esta enfermedad neurodegenerativa es considerada como la nueva epidemia para el futuro próximo del país y el mundo.
Aunque actualmente no existe una cura y la mayor parte de los medicamentos disponibles se enfocan en retrasar o paliar los efectos de la enfermedad, algunos expertos han propuesto abordar el reto del Alzheimer a través de la medicina de precisión. Así como en algunos cánceres de colon y mama se generan tratamientos diseñados al caso específico de cada individuo o microorganismo, este tipo de técnicas podrían significar el siguiente paso en la lucha contra este tipo de demencia.
Christiane Reitz, profesora de neurología en la Universidad de Columbia, ha enfocado su investigación a determinar el perfil genético de los pacientes de Alzheimer e identificar así que factores contribuyen a los cambios cerebrales. Su estudio, publicado en el National Center for Biotechnology Information (NCBI), pretende descubrir las regiones en el cromosoma del paciente que aumentan su riesgo de padecer esta demencia y así determinar el tratamiento más efectivo.
Otro ejemplo de la medicina de precisión es la investigación que dio lugar al compuesto Anavex 2-73. Esta medicina, desarrollada por la Sorbonne University en París por el equipo del Dr. Harald Hampel, está diseñada para activar el receptor Sigma-1; encargado de reducir la presencia de proteínas asociadas con la incidencia de Alzheimer. Sin embargo, su efectividad depende en gran parte del perfil genético de cada paciente, por lo que requiere alto grado de personalización.
Las terapias inmunológicas también son un ejemplo de medicina de precisión. Así como algunas células de cáncer engañan al sistema, las proteínas tau ligadas a síntomas del Alzheimer no son identificadas por los anticuerpos. Así, algunos grupos farmacéuticos trabajan en sustancias que ayuden a marcar estas moléculas y apoyen a las células blancas a desecharlas eficazmente.
A pesar de los beneficios que podrían traer los procedimientos de medicina de precisión, los estudios de nuevos tratamientos enfrentan todavía retos significativos. Entre ellos, está la falta de pacientes dispuestos a formar parte de las pruebas clínicas y lo difícil que es demostrar que un medicamento de hecho mejora los síntomas de Alzheimer.