Un reto constante para la industria médica son las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). No solamente se pueden expandir rápida y fácilmente entre una población. Además, provocan desde síntomas molestos hasta cáncer y debilitamiento del sistema inmune. Si bien cada vez se descubren más patógenos potencialmente peligrosos, los ‘clásicos’ aún no pasan de moda. Entre ellos se cuenta la clamidia, la bacteria más común en este grupo de infecciones.
Como otras bacterias, la clamidia lentamente ha generado resistencia a los antibióticos. Ante esta barrera, expertos liderados por la Universidad de Manitoba han diseñado una alternativa. Se trata de una terapia génica administrada mediante nanotecnología. Emmanuel Ho, autor líder, afirma que con una sola dosis se puede prevenir y tratar la infección en más de la mitad de los casos.
La resistencia a los antibióticos continúa en aumento. Así, cada vez más personas experimentarán una infección por clamidia que no puede ser tratada con medios convencionales. Si se deja sin terapia, o si ésta dura mucho tiempo, puede provocar infertilidad y otros problemas reproductivos. […] Esperamos que los resultados de nuestra investigación puedan estar disponibles muy pronto.
Combinación de tecnologías para vencer la clamidia
Ho y sus investigadores utilizaron para su terapia génica ARN pequeños de interferencia (siRNA). Esta molécula fue programada para enfocarse en el gen PDGFR-beta. Éste se encuentra en el tracto reproductivo femenino y crea una proteína que la clamidia utiliza para ligarse a las células. Así pues, el tratamiento al mismo tiempo protege de (y elimina) una posible infección.
Al enfocarnos en el PDGFR-beta, podemos detener la creación de la proteína que la clamidia usará para infectar la piel del tracto femenino. Así, tiene menos marcadores a donde ligarse y la infección es menos probable. Si el patógeno burla este mecanismo, se programa la droga para inducir autofagia. [El siRNA evita que la mayoría de las bacterias entren en las células genitales. Además, destruye cualquier microorganismo que haya penetrado la pared celular].
Sin embargo, el siRNA no puede penetrar por sí mismo a las células de la piel. Tampoco puede evitar la expresión del gen PDGFR-beta desde afuera de los microorganismos. Para solucionar este problema, Ho y su equipo emplearon nanotecnología. Al encapsularla en una nanopartícula, es capaz de penetrar la pared celular y evitar la infección de (o destruir a la) clamidia.