Desde que se tiene registro de las actividades humanas, se sabe de la existencia de los sucedáneos de la leche materna. Cuando una mujer no podía amamantar a su bebé, antiguamente se tenían una de dos opciones: recurrir a una nodriza que alimentara al infante con su propio pecho o sustituir el alimento con leche de otros animales. Conforme se refinó el conocimiento médico, se identificaron los peligros de ésta última práctica y se comenzaron a introducir las leches de fórmula.
En términos generales, los sucedáneos de la leche humana pueden venir listos para beber, como concentrado líquido o en forma de polvo. Como recuerda Irma Muñiz, licenciada en nutrición, la mayor parte de las opciones en el mercado se fabrican a partir de leche de vaca.
Una vez que se va a convertir en fórmula infantil, el contenido de nutrimentos se va a modificar para que sea lo más parecido a la leche de la mamá. Se va a ir preparando, adicionando con nutrimentos como carbohidratos (principalmente lactosa), proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Dependiendo del tipo de fórmula, va a ser diferente […], el contenido de nutrientes puede variar de una etapa a otra.
Aparte de los elementos descritos por Muñiz, que son los elementos mínimos que necesitan por normatividad las fórmulas infantiles, algunas opciones pueden incluir sustancias prebióticas y probióticas que fomentan el crecimiento de una microbiota intestinal sana. A otros productos se les adicionan también nucleótidos, que ayudan en procesos metabólicos e inmunológicos.
Determinar qué fórmula es mejor para cada infante es un proceso que depende mucho de las condiciones de salud de cada paciente. Muñiz menciona que en dicho proceso se deben tomar en cuenta elementos como edad, peso o estado físico.
Si el bebé tiene cólico o regurgitaciones, reflujo, alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV) o diarrea, hay alternativas específicas para cada uno de estos trastornos o padecimientos. Entonces, dependiendo del estado de salud del niño, es lo que el médico tendría que considerar para determinar qué fórmula prescribe.
Entre las opciones que se encuentran disponibles en el mercado actualmente, destacan las ofrecidas por Bayer, cuya línea de leche de fórmula tiene opciones estándar para niños sanos de hasta tres años de edad, como Novamil Symbiotic Premium. Igualmente cuenta con las opciones Novamil Alernova y Novamil Rice, soluciones hidrolizadas y a base de arroz respectivamente que son especiales para bebés que sufren de APLV y son toleradas por el 98 por ciento de los pacientes.