Después de una discusión en el Congreso de Oaxaca se aprobó la prohibición en la venta de comida “chatarra” y refrescos a menores de edad. Con esto se convierte en la primera entidad del país en implementar una política de este tipo. El objetivo es bastante claro: combatir a la obesidad y todas las enfermedades y padecimientos relacionadas. La mayoría de problemas que se generan por un exceso de masa corporal no sólo afectan la salud sino que deterioran la calidad de vida.
Desde que se autorizó la reforma a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca se han generado diversas opiniones. Algunas aplauden la decisión e inclusive piden que se replique en otros estados del país. Mientras que algunas voces señalan que así no se combate al problema de raíz porque podría llegar a ser contraproducente.
México, actual líder mundial en obesidad infantil
Los que aprueban la decisión se basan en las actuales cifras en nuestro país. Con base en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, cuatro de cada 10 niños en México sufren de algún nivel de obesidad.
Mientras que en 1975 la incidencia de obesidad afectaba al 2.7 por ciento de los niños de entre 5 y 19 años en nuestro país, en la actualidad es del 16.8 por ciento. A partir de lo anterior el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ya reconoce a México como el país líder en obesidad infantil. Mientras que dentro de la población adulta se encuentra en segundo lugar, tan sólo por debajo de Estados Unidos.
En ese sentido, padecer de obesidad desde una edad temprana incrementa el riesgo a desarrollar diabetes, hipertensión infartos, altos niveles de colesterol, insuficiencia renal, distintos tipos de cáncer, entre otros problemas.
¿Solución incompleta?
Por otra parte, también se debe tomar en cuenta la opinión de quienes reprueban la decisión tomada en Oaxaca o al menos consideran que es insuficiente. En primera instancia, la prohibición de la venta de productos no garantiza que los menores de edad dejen de consumirlos. A la fecha, la gran cantidad de alimentos de este tipo son comprados por padres de familia que los llevan a sus hogares.
De igual forma, se ha puesto de ejemplo lo que ocurre con el consumo de alcohol y tabaco. A pesar de que existe una restricción para su venta a menores de edad, las estadísticas muestran que las personas se inician en ambos vicios a edades cada vez más tempranas.
A su vez, para realmente combatir el problema de la obesidad de raíz se requieren acciones integrales y no individuales. Por lo tanto, también es necesario que desde la etapa infantil se enseñen aspectos básicos de alimentación y se incentive la práctica cotidiana de actividades físicas.
De hecho, apenas hace unos días se dio a conocer que a partir del ciclo escolar 2020-2021 se va a incorporar la materia Vida Saludable en el nivel básico. En ella se plantea mostrar aspectos generales sobre cómo mantener un alimentación adecuada, además de consejos de higiene.
Y en tu caso como profesional de la salud, ¿qué opinas sobre la restricción en la venta de comida “chatarra” y refrescos a menores de edad?