Incorporar a nuevas personas a tu consultorio puede ser un proyecto muy emocionante y positivo para tu empresa de salud. Sin embargo, cuando uno de tus colaboradores resulta perjudicial para las operaciones de tu empresa, a veces no queda más remedio que despedirte de dicho elemento.
No toda situación amerita despedir a una persona
- En ocasiones querrás deshacerte de un elemento porque su forma de pensar es distinta a la tuya, comete un error accidental o hace las cosas con un enfoque diferente. Estos casos generalmente no son razones para deshacerse de tu talento.
Falta de integridad
- Una situación completamente distinta es si un colaborador repetidamente comete actos que delatan una falta de integridad o un comportamiento deshonesto. Una parte fundamental de cualquier relación de trabajo (ya sea en un consultorio o en otro tipo de negocio) es la confianza, cuando ésta desaparece o se daña sin solución, lo mejor es despedir a la persona.
Incapacidad para cumplir con sus actividades
- Otra razón válida, tal vez obvia, para despedir a un colaborador es si éste se muestra incapaz de realizar las actividades que son necesarias en su rol. Aunque no es malo tener fe en tu equipo de trabajo, a veces la inversión que tienes que hacer para conseguir el desempeño deseado de algunos elementos simplemente no vale la pena en el mediano y largo plazo.
Incompatibilidad con la cultura organizacional
- También debes vigilar de cerca si tus colaboradores se pueden incorporar a la cultura. Esto no quiere decir que te rodees de gente que comparta todos los ideales de la empresa (al final, la diversidad es clave para el éxito), pero cuando un individuo carece de las características necesarias para explotar su talento en el consultorio, tal vez lo mejor es despedir a ese elemento.
Falta de compromiso con la empresa
- El compromiso también es un elemento importante que debes buscar en todos los colaboradores de tu consultorio. Si alguien en tu equipo consistentemente llega tarde, no entrega resultados alcanzables en tiempo y forma y constantemente defrauda a su equipo de trabajo, es probable que no considere el consultorio una prioridad. Es mejor despedir a estas personas.