Cada 19 de enero se conmemora el aniversario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Ya cuenta con 79 años y durante su historia ha enfrentado guerras mundiales, desastres naturales, pandemias y toda clase de obstáculos. Sin importar las adversidades ha logrado reponerse y continuar con sus labores. Pero aunque es un orgullo pertenecer al gremio de la salud tampoco se puede ignorar que hay algunas desventajas de trabajar en esta institución.
Personal médico con el que se cuenta en la actualidad
Para empezar se debe recordar que a la fecha está conformado por 146 mil enfermeras y enfermeros y más de 84 mil médicas y médicos. La cifra puede parecer demasiado elevada pero en realidad es pequeña si se considera que existen al menos 70 millones de derechohabientes. Además no todos están distribuidos de forma equitativa en todo el territorio nacional. En algunas regiones alejadas de las grandes ciudades prevalece un preocupante déficit de personal.
De cualquier forma, cada año existen miles de jóvenes que egresan de las universidades y su deseo es comenzar a trabajar de inmediato. Una de sus primeras opciones es hacerlo en el IMSS pero aquí la primera de las desventajas porque no todos lo consiguen. El mayor inconveniente es que los lugares para poder ingresar son insuficientes. Y con esto nos referimos a los que realmente tienen un contrato porque a la fecha hay miles que laboran por honorarios y carecen de prestaciones.
Pero ahora, es momento de avanzar y pensar en los que sí lograron ingresar para laborar en la institución. Se trata de un enorme logro porque en algunos casos los aspirantes deben hacer varios intentos y esperar por años hasta que finalmente consiguen su objetivo.
Muchos pacientes y pocos médicos
Ahora bien, una vez dentro del sector público llega una terrible realidad. Todos los días vas a tener ante ti una numerosa cantidad de pacientes por atender. Tan sólo se debe observar las abarrotadas salas de espera, lo que significa que no hay tiempo para descansar. A raíz de lo anterior, las probabilidades de que los médicos desarrollen estrés laboral son muy altas.
A raíz de lo anterior, en la mayoría de las ocasiones los pacientes suelen culpar al médico de las deficiencias del sistema. Piensan que el tiempo que deben esperar para pasar a consulta es culpa del doctor y en consecuencia suelen mostrar una actitud grosera y altanera dentro del consultorio. Eso implica que tus jornadas de trabajo sean todavía más complicadas.
En tanto que otra de las constantes es la escasa tecnología que persiste en muchos de los hospitales públicos. La gran queja del personal es el equipo obsoleto con el que deben atender a los pacientes. La falta de inversión es la responsable de que los médicos trabajen con máquinas fabricadas hace décadas.
Aunque eso no es todo porque también persiste un déficit de medicamentos. En fechas recientes se ha acusado al IMSS de no tener los suficientes insumos de fármacos para niños con cáncer. Las autoridades han reconocido el problema pero no han dado una solución real. Mientras que en este tipo de circunstancias el doctor siempre se ve afectado porque se piensa que es el culpable aunque el responsable viene de más arriba.
Todas las desventajas mencionadas son las que forman parte de trabajar como médico en el IMSS o en la salud pública en general. Pero sin importar las adversidades, lo que no se puede negar es que se trata de una institución que siempre ofrece su máximo esfuerzo y trabaja con los pocos o muchos recursos que tiene a su alcance.