Las enfermedades no transmisibles (ENT) ocupan desde hace varias décadas las primeras causas de muerte y discapacidad en el mundo, en la Región de las Américas, así como en nuestro país. Pese a los esfuerzos que se han venido realizando para su prevención y control, estas enfermedades no reciben la atención prioritaria que en realidad merecen, en las políticas y programas de salud pública de los países.
Es así que, en concordancia con la Estrategia Mundial para las ENT 2012-2025, el Ministerio de Salud, mediante la División Nacional de Prevención de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud Pública, con el apoyo técnico de la OPS/OMS, condujeron los diálogos multisectoriales para la elaboración del Plan Nacional para la Prevención y Control de las Enfermedades no Transmisibles 2019-2024.
Las enfermedades no transmisibles, representan en su conjunto los principales problemas de salud que plantean desafíos urgentes para el diseño e implementación de políticas intersectoriales y de fortalecimiento, y en algunos casos, el rediseño de los sistemas de salud.
Dichas enfermedades son responsables de cuatro de cada cinco muertes anuales en las Américas, de todas las muertes causadas por estas enfermedades, el 35% se registraron de manera prematura en personas de 30 a 69 años de edad, entre las cuales las enfermedades cardiovasculares y el cáncer representaron un total del 65% de esas defunciones prematuras1, y se espera que estas cifras aumenten gradualmente en las próximas décadas como consecuencia del crecimiento de la población, la exposición al medio ambiente, a los factores de riesgo y el envejecimiento.
Las enfermedades no transmisibles son en gran parte prevenibles, en el corto y el mediano plazo, las acciones realizadas para combatir sus determinantes y los factores de riesgo comunes han demostrado tener un impacto positivo. Esta capacidad de acción supone la existencia de sistemas de salud que proporcionen atención permanente sobre las personas en riesgo o que ya padecen una enfermedad no transmisible, al igual que sobre el medio ambiente tanto físico como social.
Las acciones de los sistemas de salud no deben limitarse a realizar intervenciones reactivas cuando la enfermedad se ha instalado de modo irreversible o el riesgo está fuera de control, sino que, la estrecha colaboración de los diferentes sectores, puede ejecutar acciones de mayor repercusión y alcance temporal.
Existen compromisos globales para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, y consensos científicos acerca de políticas de salud factibles y eficaces en relación con el costo. De lo que se trata es de fortalecer la colaboración multisectorial, de incrementar la inversión para mejorar los sistemas de salud, lograr un mayor empoderamiento y participación de la sociedad civil e incrementar las capacidades de los países para llevar a cabo las intervenciones.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Enfermedades no transmisibles [Internet]. Quién.int. [citado el 16 de noviembre de 2021]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/noncommunicable-diseases
- Salud en las Américas. Resumen: panorama regional y perfiles de país. Paho.org. [citado el 16 de noviembre de 2021]. Disponible en: https://www.paho.org/salud-en-las-americas-2017/wp-content/uploads/2017/09/Print-Version-Spanish.pdf