En 2014 la Ley General de la Salud por primera vez fue reformada en México para contemplar el uso de células madre bajo la vigilancia cuidadosa del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea (CNTS). Cuatro años después, agentes de la iniciativa privada han defendido los avances que la tecnología ha realizado en el territorio nacional.
Luz Mabel Ávila Portillo, directora científica de Cryo-Cell, comentó en entrevista con Notimex que en México existen importantes avances en las terapias de células madre, particularmente para tratar padecimientos como la incontinencia urinaria, la displasia broncopulmonar y la osteoartritis. Aseguró que su propio laboratorio trabaja en estos procedimientos dentro del país.
La idea es respaldar al cliente que confía en nosotros, mediante expertos e investigación de grupos interdisciplinarios, con el objeto de apropiar conocimiento y crear innovación y calidad de vida de los pacientes mexicanos.
Ávila Portillo afirma que su compañía ha realizado experimentos con células madre troncales para tratar enfermedades catastróficas que se detecten desde el nacimiento del infante. Apuntó que hacer una infusión a los niños de su propia sangre del cordón umbilical puede mejorar aspectos relacionados con la falta de maduración pulmonar o neurológica.
Otras de las enfermedades para las que se ha explorado un tratamiento con células madre, según la misma experta, han sido la angina refractaria, las enfermedades vasculares oclusivas crónicas con isquemia de los miembros inferiores, padecimientos autoinmunes como la esclerosis refractaria a tratamientos convencionales, etcétera.
En días anteriores, especialistas de la Mayo Clinic afirmaron que la terapia de células madre todavía no tiene un éxito asegurado científicamente. En específico, advirtieron que muchos de los tratamientos disponibles que presuntamente curan esta condición son un potencial engaño para defraudar a los pacientes de su dinero o fármacos con posibles efectos adversos.
Igualmente, la CNTS pidió hace un par de semanas que se hiciera más estricta la regulación en terapias de células madre para evitar que se extendieran tratamientos engañosos entre la población. En su momento, se planteó la creación de comités de transplante que pudieran vigilar el desarrollo de estos procedimientos dentro de las instituciones comerciales o de investigación.