La presión sanguínea es uno de los marcadores médicos más relevantes del entorno clínico actual. Enfermedades como la diabetes, la obesidad y las condiciones cardiovasculares están íntimamente relacionadas con este elemento. Por ello, su correcto control es fundamental para una vida saludable. Sin embargo, el enfoque farmacéutico no siempre es efectivo. Al mismo tiempo, no todos los pacientes están correctamente motivados para desarrollar buenos hábitos.
Durante la 68 Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, la compañía Livongo presentará su alternativa para el control de la presión sanguínea. De acuerdo con Bimal Shah, director médico de la empresa, es una aplicación móvil (app) que monitorea este marcador remotamente. Además, da tips de salud y pone en contacto a los pacientes con expertos de salud.
Hemos mostrado en un estudio piloto que, en una población con diabetes e hipertensión arterial, un monitoreo remoto por 6 semanas mejora los niveles de presión sanguínea. Esto, a través de educación para la salud cardiovascular y acceso a expertos médicos. Los resultados son comparables a lo que un doctor esperaría de una medicación de dosis baja o media.
Una prometedora app para la presión sanguínea
En la primera ronda de pruebas, se reunió a un grupo de 708 participantes. La edad promedio de los pacientes era de 54 años. Poco más de la mitad eran mujeres. Todos tenían un diagnóstico de diabetes. 6 de cada 10 además tenían una presión sanguínea superior a 130/80 mmHg. Casi 30 por ciento tenía un nivel superior a 140/90 mmHg.
A cada uno se le proporcionó un monitor de presión sanguínea que se conectaba con la app de Livongo de forma inalámbrica. En promedio, cada paciente revisó la lectura del dispositivo 4 veces al día. Cada que lo hacían, el software les proporcionaba un reporte de sus resultados. Asimismo, les daba tips para mejorar sus niveles. Incluso les daba la opción de compartir su condición con amigos o familiares. Además, permitía contactar a expertos para asesorías clínicas.
Tras 6 semanas, la presión sanguínea de los participantes bajó de forma significativa. La medición sistólica se redujo en 5.4 mmHg promedio. Por su parte, la diastólica presentó una disminución media de 3.5 mmHg. Shah reafirmó que esta ronda fue solo una prueba de concepto. Afirmó que deben realizarse observaciones de una estrategia más prolongada. Así, se podrán comprobar los efectos a largo plazo del software.