Desde el descubrimiento del virus del VIH en la década de 1980 a la fecha han transcurrido más de 30 años en los que los tratamientos han evolucionado, así como la forma de ver a los pacientes infectados con el patógeno, no obstante, muchos aspectos resultan preocupantes, como las estadísticas mundiales, la falta de diagnóstico, el acceso a tratamientos eficaces y simplificados y, además, la forma en que los médicos pueden abordar la enfermedad, con información errónea y prejuicios que llegan a afectar su ejercicio profesional sin proponérselo.
Pensando en ello es que nos acercamos al infectólogo de adultos y especialista en infección por VIH, Fernando Antonio Silva Sánchez, gerente médico de VIH en GSK, para que nos platicara más ampliamente sobre las aristas de este problema de salud mundial.
¿Cuál es la situación actual del VIH en México y el mundo?
Según las cifras de Onusida, hay cerca de 38 millones de pacientes infectados, de los cuales la epidemia está dividida, mitad de mujeres y mitad de hombres. Esto llama mucho la atención porque la infección siempre ha sido protagonizada por la población de varones homosexuales, y es interesante discutirlo porque en África, donde se concentra más del 50 por ciento de la infección del mundo, el principal grupo de personas contagiadas es el de mujeres.
Si nos metemos a hablar de tratamiento, hay 15 millones de personas que requieren tratamiento pero no lo están tomando y el otro problema es que no estamos llegando al diagnóstico preciso.
Estos 38 milaneses una estimación, no contamos con las cifras reales porque es una idea que tenemos con base en proyecciones.
En México hay cerca de 122 mil pacientes infectados según las estimaciones y cerca de 60-70 por ciento diagnosticados.
Tenemos en las bases de datos de Censida cerca de 150 mil pacientes que están con el diagnóstico, cuya mayoría está en tratamiento; esto se ha modificado mucho desde el año pasado que ya se han ingresado prácticamente todos los pacientes en tratamiento, que es una medida mandatoria a partir de algunos estudios recientes que permiten asegurar que el mayor beneficio de los pacientes es, al momento que se diagnostican, ingresen al tratamiento.
México ya está tomando eso con seriedad y se está apegando a la regla, sin embargo, aún tenemos a un grupo de pacientes que se está quedando fuera del diagnóstico a pesar de que hay bastantes pacientes en tratamiento; y a pesar de eso todavía no estamos alcanzando en proporción cercana al 100 por ciento que los pacientes estén en metas, pues solamente el 30 por ciento está con niveles virales indetectables en sangre, que es la meta.
La perspectiva para erradicar el VIH se basa en una cascada de atención anunciada por Onusida, que habla de 90 por ciento de pacientes diagnosticados, 90 por ciento en tratamiento, y 90 por ciento con carga viral indefectible.
En México todavía queda mucho trabajo por hacer; actualmente en todo el mundo nadie está alcanzando esa meta.
¿Cuál es la población más afectada en México?
Hombres que tienen sexo con otros hombres; en México todavía está muy marcado el nicho vulnerable.
Hablamos de un 80 por ciento de pacientes hombres que están contagiados, incluidos hombres que tienen sexo con varones, pero también aquellos que tienen prácticas con múltiples parejas femeninas; el 20 por ciento restante son mujeres con prácticas monógamas, infectadas por sus parejas.
¿Cómo puede el médico de primer contacto mejorar el diagnóstico de VIH en el país?
Lo que tienen que hacer todos los médico es sensibilizarse y saber que cualquier persona que mantenga relaciones sexuales sin preservativo puede contagiarse.
El diagnóstico temprano a veces es muy difícil porque los pacientes están asintomáticos y no siempre relatan abiertamente sus conductas sexuales, más con médicos de primer contacto que están saturados con 20-30 consultas en el centro de salud, o que no tienen el enfoque de buscar intencional el VIH.
Generalmente uno piensa “este varón que es evidentemente amanerado o muy afeminado seguramente tiene VIH”, y no necesariamente es así.
Hay que tener mucha conciencia de que cualquier persona pude estar infectada.
Hacer o promover la prueba activamente en todas partes porque justamente el médico de primer contacto tiene esa capacidad de derivar.
Promover la prueba, reconocer los síntomas de enfermedad avanzada como pérdida de peso, diarreas crónicas, aparición de de ganglios, ahí el diagnóstico suele ser más sencillo porque ya piensan “creo que este paciente tiene Sida”, pero .
Por último, ya que se diagnostica, temprana o tardíamente, se tiene que dar una consejería muy específica para que el paciente pueda acudir a un centro de referencia.
Este paso es crucial, porque si al paciente no se le explica en ese momento de la consejería de primer contacto que puede vivir, y puede hacerlo bien, , que no va a pagar por el tratamiento, si no se le explica todo eso, el paciente se pierde.
Si el paciente está grave tiene que ir a un hospital, pero a quien está en condiciones se le debe explicar todo esto para que tome valor y pueda afrontar la situación yendo a un centro especializado como los CAPASITS en los estados o la Clínica Especializada Condesa en la Ciudad de México.
¿Qué prejuicios sobre el VIH/Sida afectan a los médicos mexicanos?
Desafortunadamente el prejuicio sigue siendo muy alto. Te puedo decir lo que he recabado de colegas que tienen mal la información.
Tristemente los médicos más informados, como internistas o infectólogos, que nos dedicamos a esto, somos las personas que menos pacientes confrontamos de primera vez.
Lo digo con todo respeto, a mí me ha tocado que no me quieren operar a pacientes porque tienen VIH y mi respuesta es “tú sabes que tiene VIH y está indetectable, es muy seguro operarlo, y cuántas personas metes a quirófano que tiene cargas virales altísimas y corres el riesgo de contagiarte y no lo sabes”.
He escuchado a ginecólogos decir que hacer una prueba de escrutinio en embarazadas para detectar VIH es algo sin sentido porque tiene prevalencia muy baja, así que mejor recomiendan otro tipo de pruebas, y esa es una mentalidad totalmente errónea porque la prueba de VIH se le tiene que hacer a todas las embarazadas, es la única forma en que Cuba erradicó la transmisión materno-infantil, haciendo tres pruebas a las embarazadas, una en cada trimestre.
Además está el prejuicio personal. Estoy hablando de la desinformación, de esta mentalidad que médicos especialistas pueden llegar a tener con los pacientes, también está el de la gente que es homofóbica, de aquella a la que no le gusta atender nichos de mujeres indígenas, pacientes transgénero. Uno puede luchar muchos contra la mala información, pero desafortunadamente el prejuicio ya entra un poco en cada persona, pero aun así uno tiene que ser profesional.
El médico tiene un compromiso con los pacientes y es atenderlos independientemente de este tipo de situaciones.
¿Qué papel juega el Seguro Popular en la atención el VIH?
Algo prioritario para gastos catastróficos es justamente la infección por VIH. Cualquier persona que conoce su diagnóstico puede afiliarse al Seguro Popular en el centro de atención de la Clínica Condesa en la Ciudad de México o en los CAPASIT en los estados. En estos centros son tan eficientes que antes de que el paciente termine la papelería ya le están corroborando el diagnóstico e ingresando a tratamiento.
Es muy importante decir que estos procesos han sido cada vez más eficientes y el paciente puede conseguir los tratamientos actuales sin tener que desembolsar un solo peso; si tienen 14 mil o 20 mil pesos para el tratamiento lo pueden destinar a eso pero, si no, se puede recurrir a estas instancias que tienen cobertura universal, las pruebas son gratuitas y las consultas no se pagan.
¿Cómo ha evolucionado el patógeno en estos años?
Yo diría que es perfectamente imperfecto porque la gran tasa de mutaciones que tiene para la expresión de sus proteínas de reproducción le permite su supervivencia, lo que le facilita generar resistencia a los medicamentos y compromete la terapéutica, además, tiene capacidad de introducirse de forma latente e inmortal en los reservorios corporales: ganglios linfáticos, sistema nervioso central y linfocitos muy longevos, por eso seguimos confrontando el mismo virus que conocimos en 1981 pero cada vez con más modificaciones que evitan el desarrollo de una vacuna neutralizante.
¿Cuáles son los mayores avances en tratamientos para VIH/Sida?
La premisa de dar una combinación de tres medicamentos sigue vigente: con actividad en tres diferentes partes del ciclo de replicación. El otro punto es que una vez que se inicia el tratamiento el paciente no lo debe suspender porque todo se va para atrás.
Ahorita tenemos acceso a tabletas simplificadas, 3-4 medicamentos en una sola tableta al día, muy eficaz, segura, con pocas interacciones. A veces digo, una persona con hipertensión, por ejemplo, se toma hasta cuatro tabletas al día, mientras que un paciente con VIH puede tomar una diario después de lavarse los dientes por la mañana y se olvida de todo lo demás.
Imagen: Saludiario.com