En México y en el mundo, son cada vez más comunes los conglomerados médicos. Estas compañías tienen servicios de consultas, laboratorios, estudios y hasta operaciones. A pesar de ser diferentes unidades de negocio, están bajo una misma dirección. Frecuentemente se designan a sí mismos como un “sistema de salud”. Sin embargo, el término es inadecuado muchas veces.
Un verdadero sistema de salud posee una serie de servicios que trabajan en armonía. Por el contrario, un simple conglomerado de salud solo suma compañías independientes. Esta clasificación no solo funciona dentro de la esfera privada. También las instituciones públicas corren el riesgo que sus diferentes unidades de atención funcionen sin consonancia. En su búsqueda por el éxito, ¿qué características debe tener una efectiva organización?
1Debe proveer una experiencia completa al paciente
No sirve de nada tener laboratorios, consultorios y quirófanos si no trabajan de la mano. Todas las unidades del sistema de salud deben colaborar estrechamente. La finalidad es, por supuesto, prestar una mejor atención a las personas. Cada órgano del conglomerado debe sentirse (y trabajar) como parte de una unidad mucho más grande. Así puede mejorarse el desempeño.
2Requiere un enfoque en el aspecto clínico
La esencia de un sistema de salud deben ser sus profesionales médicos. Son los doctores, enfermeras y especialistas los que dictan las necesidades y estrategia. Las demás áreas (administración, finanzas, mercadotecnia) son solo un soporte. Con este enfoque, un conjunto de servicios enfocará sus resultados al bienestar de los pacientes, no a otros aspectos de negocio.
3Un sistema de salud tiene un camino claro
Con el poder que se tiene a la cabeza de un conglomerado médico, se deben poder anticipar muchas cosas. Particularmente, cómo el paciente navegará el complejo sistema de servicios clínicos. Se debe tener perfectamente mapeada la ruta de una persona que llega por alguna condición. Desde que se le da una consulta hasta que sale de su posible rehabilitación.
4Necesita un control activo de costos y riesgos
Todos y cada uno de los profesionales médicos deben colaborar para determinar las mejores prácticas de atención. Asimismo, necesitan tener buena comunicación para informar áreas de oportunidad. Este tipo de retroalimentación reduce el desperdicio de tiempo del personal o de insumos médicos. Además, el sistema de salud como un todo reduce errores y riesgos que puedan afectar a los pacientes.