Dentro de las instituciones de salud pública en nuestro país el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el amplio líder. No existe ningún otro organismo que atienda a una cantidad tan elevada de pacientes. Sin importar las carencias o adversidades, el personal siempre se preocupa por ofrecer las mejores consultas.
En la actualidad cuenta con poco más de 70 millones de personas afiliadas, aunque se trata de una cifra engañosa. El hecho de que alguien se registre ante el IMSS no significa que lo utilice o asista a cualquiera de sus unidades. Cada vez son más las personas que están registradas en el instituto por parte de su trabajo pero utilizan otros servicios de salud.
Como prueba, la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) más reciente mostró una interesante relación. En el 2014 acudieron a una consulta médica al IMSS 19 millones 116 mil usuarios. Pero para el 2016 la cifra disminuyó a 16 millones 74 personas.
Los motivos de este fenómeno son variados y uno de los principales tiene relación con los largos tiempos de atención. Para poder acudir a una consulta en el IMSS se requieren al menos un par de horas debido a la saturación de pacientes. De igual forma, el desabasto de medicamentos es otro de los problemas del instituto.
Otro punto que se debe considerar para este fenómeno es el aumento exponencial en el número de consultorios anexos a farmacias. Al ofrecer consultas a un bajo costo, han logrado instalarse en el gusto de personas de bajos recursos. Mientras que en el 2010 existían 4 mil 370 consultorios de este tipo, para el 2018 la cifra se incrementó a más de 15 mil.
Si se observa lo analizado, las mayores quejas son respecto a la estructura y carencias del IMSS y no hacia su personal. Por todo lo mencionado, no es de extrañar la decisión de los pacientes.