Como se sabe, la betaína es un nutriente importante durante la lactancia y ahora, gracias a un estudio podría servir para frenar la obesidad infantil.
El estudio corrió a cargo del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) junto con el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu y el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, publicado en la revista ‘Science Translational Medicine’, perteneciente al grupo ‘Science’.
¿Cómo podría reducirla?
El estudio que citamos a continuación concluyó que el crecimiento postnatal acelerado es un factor de riesgo potencialmente modificable para la obesidad futura.
“Los períodos gestacional y postnatal definen de manera importante la susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas en edad adulta y, en particular, el periodo de lactancia materna es una ventana de oportunidad para intervenciones nutricionales con el objetivo de reducir el riesgo de obesidad infantil”, explica el coordinador del estudio y líder del grupo Enfermedades metabólicas de origen pediátrico (IRSJD), Carles Lerín.
Para estudiar cómo los componentes específicos de la leche materna contribuyen al crecimiento temprano y al riesgo de obesidad. Los científicos cuantificaron los metabolitos relacionados con el metabolismo de un carbono en la leche materna humana y encontraron una asociación inversa entre el contenido de betaína de la leche y el crecimiento infantil
Recordemos que los metabolitos del grupo de metabolismo de un carbono son nutrientes críticos durante el crecimiento y desarrollo temprano de los mamíferos.
Prueba y error
En el proceso, se identificó una relación inversa entre el contenido de betaína de la leche materna y el crecimiento infantil en dos cohortes independientes. Dado que el crecimiento postnatal acelerado es un factor de riesgo para la obesidad futura, los autores probaron si la suplementación con betaína materna durante la lactancia en ratones podría afectar la salud metabólica de la descendencia de los ratones.
La suplementación aumentó el contenido de betaína de la leche materna, indujo un aumento transitorio en la Akkermansia intestinal y una reducción de la ganancia de peso temprana.
Además, la suplementación con betaína materna disminuyó la adiposidad y mejoró el metabolismo de la glucosa durante la edad adulta, lo que demuestra un vínculo entre el contenido de betaína de la leche materna y la salud metabólica a largo plazo.
Por otro lado, para determinar el papel potencial de la betaína de la leche en la modulación del riesgo de obesidad en la descendencia, se realizaron experimentos de suplementación con betaína materna en ratones.
Una mayor ingesta de betaína durante la lactancia aumentó el contenido de betaína de la leche en las madres y condujo a una menor adiposidad y una mejor homeostasis de la glucosa durante la edad adulta en la descendencia de ratones. Estos efectos fueron acompañados por un aumento transitorio de Akkermansia abundancia en el intestino durante la vida temprana y un aumento duradero en el número de células caliciformes intestinales.
Un vínculo materno preventivo
El vínculo entre la betaína de la leche materna y la abundancia de Akkermansia en el intestino también se observó en humanos, ya que los bebés expuestos a un mayor contenido de betaína en la leche durante la lactancia mostraron una mayor abundancia de Akkermansia muciniphila en las heces
Por otra parte, la administración de A. muciniphila a crías de ratón durante el período de lactancia replicó parcialmente los efectos de la betaína de la leche materna materna, incluido un aumento del número de células caliciformes intestinales, menor adiposidad y mejor homeostasis de la glucosa durante la edad adulta.
Estos datos demuestran un vínculo entre el contenido de betaína de la leche materna y la salud metabólica a largo plazo de la descendencia. Y como el contenido de betaína de la leche materna está inversamente asociado con el crecimiento infantil.
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