Desde hace unos años, estamos asistiendo a un incremento del suicidio entre los jóvenes. El estrés de la pandemia puede haber contribuido a un aumento de estas cifras. Se ha observado, sobre todo, esta tendencia, entre jóvenes de 10 a 19 años y en la proporción de suicidios jóvenes en comparación con la población general.
Esto ha puesto de manifiesto la necesidad de servicios de salud mental y prevención del suicidio para que los jóvenes enfrenten el estrés de la pandemia, además de ampliar la terapia de duelo para quienes perdieron a cuidadores a causa de la COVID-19.
En 2021 se declaró el estado de emergencia en respuesta a los desafíos de salud mental
Desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Marie-Laure Charpignon, Msc. y otros compañeros han realizado un estudio para JAMA Pediatrics en el que se determinó que, en 2021, la Academia Americana de Pediatría declaró el estado de emergencia en respuesta a los desafíos de salud mental que enfrentan los niños, adolescentes y sus familias durante la pandemia.
Asimismo, otros estudios declararon que, durante la pandemia, el porcentaje de adolescentes con resultados positivos para síntomas de depresión aumentó del 5 al 6,2% y el porcentaje de aquellos con resultados positivos para el riesgo de suicidio aumentó del 6,1% al 7,1%.
¿Quiénes están en riesgo de suicidio en adolescentes?
Son muchas las razones que pueden aumentar el riesgo de suicidio en adolescentes. Uno de los factores de riesgo más importantes es experimentar un problema de salud mental como puede ser un trauma, ansiedad o depresión.
Otros de los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de suicidio, violencia o abuso de sustancias. Asimismo, los adolescentes también experimentan muchos eventos estresantes de la vida por primera vez, como puede ser una ruptura amorosa, problemas de escuela, violencia o conflictos con amigos.
También los adolescentes no tienen la experiencia de vida para saber que estas cosas las superarán y esto puede influir en una decisión de suicidio. Asimismo, los malentendidos persistentes sobre el suicidio también pueden evitar que los adolescentes reciban la ayuda que necesitan.