Existe una lamentable situación que por desgracia se ha normalizado en nuestro país y es la violencia. A lo largo de años recientes, el índice de crímenes y delitos se ha incrementado hasta alcanzar niveles alarmantes, lo que causa alarma y preocupación.
Se trata de un problema persistente en todo el territorio nacional y por desgracia afecta a todos los estratos y profesiones, lo que incluye al personal médico. Una consecuencia de esta situación es que se ha detectado que cada vez más galenos son secuestrados y obligados a atender a heridos del crimen organizado.
A la par, otro problema que ha provocado esta situación es que los médicos de nuestro país tienen miedo a trasladarse a zonas con elevados índices de violencia. En ese sentido, Gabriel O’Shea Cuevas, titular de la Secretaría de Salud del Estado de México, afirmó que actualmente tiene plazas disponibles porque los médicos no quieren ir a laborar.
La violencia en nuestro país es un tema preocupante. Aquí tenemos 30 plazas de médicos y 50 de enfermeras sin ocupar en clínicas de la parte sur de la entidad porque los pasantes se rehúsan a ir a la región colindante con Guerrero, Michoacán y Morelos debido a los secuestros e inseguridad que privan en la zona.
Por su parte, se trata de un ciclo que afecta a toda la población porque no sólo se atenta contra la integridad de los profesionales de la salud sino que provoca que existan zonas sin atención médica, lo que impacta en poblaciones enteras.