La protección especial a la maternidad es una necesidad latente, que merece políticas que el estado y la sociedad no pueden desconocer. Por eso, los gobiernos estructuran proyectos donde identifican el problema, formulan soluciones, adoptan decisiones, ejecutan acciones y evalúan el proceso, buscando satisfacer las necesidades de la sociedad.
En México, existen programas y actividades diseñadas en la agenda pública, para cubrir los requerimientos de las mujeres gestantes. Sobre todo, porque, aunque no es una situación nueva, el embarazo en niñas y adolescentes, constituye un problema con repercusiones sociales y económicas de gran importancia. Más aún, cuando el número de personas en esta franja de edad va en aumento.
Derechos inalienables para las madres mexicanas
Por medio del Plan Nacional de Desarrollo, los programas para la igualdad de género y salud reproductiva y las medidas de política pública orientadas a la prevención y/o atención de la maternidad, se pretende, solucionar los factores de riesgo. Donde las prácticas sexuales a edad temprana, el poco uso de métodos anticonceptivos, la violencia, el abuso, la pobreza y la falta de acceso a los servicios de salud, están presentes.
La legislación mexicana indica, que el estado debe garantizar la nutrición necesaria, tanto a la madre como el feto para su desarrollo. De igual manera, que debe permitirle acceder a los elementos y servicios necesarios en el momento del parto. Sin embargo, en las zonas rurales esta norma se aplica precariamente.(redaly, 2019)
Para las niñas y adolescentes se establecen políticas educativas, buscando disminuir la edad de las relaciones sexuales e indicar el uso de anticonceptivos. Además, en las madres gestantes se ofrece la atención pre y post natal, al tiempo que se promueve la lactancia materna, los programas de nutrición materno-infantil y de crecimiento y desarrollo en los niños.
Las políticas diseñadas para la maternidad en mujeres trabajadoras incluyen los programas de prevención y nutrición materno infantil. Pero también, abarcan lineamientos claros sobre licencia de maternidad, prestaciones económicas y sanitarias, periodos de lactancia, conservación del puesto de trabajo y acceso al servicio de guardería.
De esta misma manera, en México a nivel constitucional se prohíben los trabajos que impliquen peligro. Igualmente, la legislación señala que la materna debe gozar de los derechos adquiridos, como un descanso forzoso antes y después del parto, asistir a los servicios médicos y obstétricos y contar con tiempo para atender las necesidades de salud del hijo, en caso de ser necesario. (salud, 2015)
Las políticas que protegen la maternidad en México, se enfocan en cuidar la vida. Es así, como el programa de salud materna y perinatal, diseñado para cumplir con el plan de desarrollo del país, se enmarca en la igualdad de oportunidades, la no discriminación de las mujeres y el cumplimiento de metas que favorezcas a las f en etapa gestacional.
Así mismo, se trabaja en mejorar la calidad, efectividad y compromiso de los servicios de salud. De tal manera, que a través de una acción articulada se pueda brindar a las mujeres orientación y asistencia pre-gestacional y prenatal integral. Conjuntamente, con educación sobre anticoncepción, enfermedades de trasmisión sexual, parto prematuro y atención neonatal, buscando mejorar las condiciones de vida y las oportunidades.