- La polipíldora incluye tres medicamentos clave recetados a pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
- La mortalidad cardiovascular en las personas que recibieron este componente disminuyó en un 33%.
- Además también se incrementó la adherencia al tratamiento en los pacientes.
Durante el Congreso Europeo de Cardiología (ESC 2022) se presentaron los primeros resultados de una prometedora innovación. Se trata de una polipíldora desarrollada por el CNIC de España y Ferrer y lo más importante es que ayudaría a reducir la mortalidad cardiovascular tras un infarto, ¿pero sabes cómo funciona?
En este caso incluye tres medicamentos (aspirina, un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina y una estatina). Es eficaz en la prevención de eventos cardiovasculares tras un ataque al corazón disminuyendo la mortalidad por causas cardiovasculares en un 33%. Así lo muestra el estudio SECURE y cuyos resultados fueron publicados en The New England Journal of Medicine (NEJM).
“Los resultados del SECURE revelan, por primera vez, que la polipíldora que contiene aspirina, atorvastatina y ramipril logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio”, subraya el investigador principal del estudio SECURE, el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC, Director del Mount Sinai Heart y Director Médico del Hospital Monte Sinaí.
Datos del estudio realizado
SECURE incluyó a 2.499 pacientes de 7 países europeos (España, Italia, Alemania, República Checa, Francia, Polonia y Hungría) que habían sufrido un infarto de miocardio a los que se asignó de forma aleatoria a recibir un tratamiento estándar o la polipíldora del CNIC. La edad promedio de los participantes fue de 76 años y el 31% eran mujeres. Un 77.9% tenía hipertensión, 57.4% diabetes y el 51.3% antecedentes de tabaquismo.
El objetivo primario del estudio incluyó eventos cardiovasculares mayores: muerte por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no mortal, ictus o revascularización urgente. Los datos de SECURE con un seguimiento medio de los pacientes de tres años son concluyentes en cuanto a este objetivo. El estudio encontró una disminución del riesgo acumulado de presentar estos cuatro eventos del 24% en pacientes que recibieron la polipíldora frente a los que continuaron tomando el tratamiento por separado de forma habitual.
Beneficios en los pacientes
Especialmente relevantes son los efectos de la polipíldora sobre una de las variables más determinantes: la incidencia de la mortalidad cardiovascular que disminuyó en un 33%, pasando de 71 pacientes en el grupo de tratamiento habitual a 48.
Además, los pacientes del grupo de la polipíldora presentaban niveles más altos de adherencia en comparación con los del grupo de atención habitual, confirmando así los hallazgos obtenidos en el estudio FOCUS.
“La adherencia al tratamiento después de un infarto agudo de miocardio es esencial para una prevención secundaria eficaz. La polipíldora, por ser una estrategia muy sencilla que aúna tres de los tratamientos basales en este tipo de pacientes, ha demostrado su valor ya que el aumento de la adherencia implica que los pacientes están siendo mejor tratados y, gracias a ello, tienen un menor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares”, añade el Dr. José María Castellano, director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales y primer autor de la publicación.
Según Oscar Pérez, Chief Marketing, Market Access and Business Development Officer de Ferrer, “la reducción de la mortalidad cardiovascular en un 33% demuestra la eficacia del tratamiento con Trinomia frente al tratamiento habitual. Estos resultados ratifican nuestro propósito de generar un impacto positivo en la sociedad y suponen un paso importante en nuestra misión de aportar valor significativo y diferencial a las personas que sufren dolencias graves”.
El Dr. Fuster concluye que los hallazgos del estudio SECURE sugieren que la polipíldora podría convertirse en una parte integral de las estrategias para prevenir eventos cardiovasculares en pacientes que han sufrido un infarto. Al simplificar el tratamiento y mejorar la adherencia, este enfoque tiene el potencial de reducir el riesgo de enfermedad recurrente y muerte cardiovascular a escala mundial.
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