Para 2014, se estimó que en México se presentaban 2 mil 500 nuevos casos de mielomas múltiple cada año. Así, el país se convirtió en la nación con mayor índice de incidencia de la enfermedad en Latinoamérica. A pesar de ser un cáncer raro (solo acapara el 1 por ciento de todos los fallecimientos globales), su expectativa de vida tras el diagnóstico es en promedio de 15 años.
Como una forma de aumentar la expectativa de vida de los pacientes y mejorar la eficacia de los diagnósticos, un grupo de investigadores británicos han propuesto el uso de una prueba de sangre detectar la posible presencia de los mielomas. De acuerdo con los científicos, solo se necesitan tres indicadores, medibles a través del torrente sanguíneo, para descartar la enfermedad.
Los investigadores, miembros de de la Universidad de Oxford y la Universidad de Exeter, afirman que los mielomas múltiples se caracterizan por tener una sintomatología poco específica, por lo que el diagnóstico frecuentemente es tardío. Sin embargo, con su prueba esperan poder no solo detectar un posible riesgo de incidencia, sino también distinguir entre las etapas tempranas y tardías.
El estudio fue publicado por la revista British Journal of General Practice y describe que los investigadores utilizaron la información obtenida a partir del análisis de sangre de 2 mil 703 pacientes con mielomas, cuyos resultados fueron obtenidos cinco años previos al diagnóstico. Los datos se compararon con los de más de 12 mil personas sin cáncer, haciendo coincidir parámetros como la edad, el género y prácticas de salud similares.
Constantinos Koshiaris, autor principal del estudio y miembro del Departamento Nuffield de Ciencias de la Salud de Primer Contacto de la Universidad de Oxford, afirmó que se encontraron cuatro marcadores determinantes que permiten sospechar la presencia de mielomas:
La combinación de niveles de hemoglobina, el portador de oxígeno en la sangre y uno de los dos marcadores inflamatorios (velocidad de sedimentación globular o viscosidad plasmática) son una prueba suficiente que descartar el mieloma. Si se detectan anomalías en esta prueba, esto debería conducir a análisis urinarios de proteínas urgentes que aceleren el diagnóstico.
El estudio sugiere también que los registros de salud electrónicos incluyan una función que automáticamente detecte posibles puntos de alerta en pruebas de sangre de rutina donde se examinen estos indicadores clave. Así, esperan que se agilice el diagnóstico de los mielomas desde el cuidado de la salud de primer contacto.