Entre las herramientas de la medicina, solo las vacunas son más importantes que los antibióticos. Gracias a estos fármacos los pacientes pueden sobrevivir a infecciones que solían ser mortales. Pero el uso irresponsable de ellos ha tenido consecuencias inesperadas. Las superbacterias inmunes a estos tratamientos no solo son más comunes. Parecen ir ganando la guerra.
Una cepa particularmente peligrosa de Escherichia coli (E.coli) fue detectada en Vietnam. Este hallazgo se describe en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy. De acuerdo con Yoshimasa Yamamoto, autor líder del estudio, la bacteria es muy resistente a la polimixina-E (colistina). El fármaco es uno de los pocos antibióticos catalogados por la OMS como de último recurso.
No solo es resistente a este poderoso fármaco. La cepa de E. coli resistente a antibióticos también tiene una alta prevalencia. Para su estudio, Yamamoto y compañeros tomaron muestras de una población rural en Vietnam. Resulta que 7 de cada 10 habitantes están infectados con la bacteria. Se teme que el descubrimiento signifique, en el corto plazo, la aparición de patógenos pesadilla.
Resistencia a múltiples antibióticos, un escenario cada vez más real
Previo a 2015, se creía que la resistencia a la colistina era imposible de transmitir. Sin embargo, en 2015 investigadores chinos confirmaron esta probabilidad. El responsable es el gen mcr1, que bloquea la efectividad de la polimixina. Si esta característica se transmite entre múltiples cepas, se puede crear una bacteria pesadilla. Es decir, un organismo resistente a varios antibióticos.
Yamamoto identificó que la colistina es sobreutilizada en Vietnam. A pesar de las indicaciones de la OMS, se usa mucho en el sector ganadero. La presencia de E. coli con el gen mcr1 resulta preocupante, afirmó el experto y su equipo. No solo la resistencia a antibióticos se ha transmitido más rápido de lo esperado. La posibilidad de una bacteria pesadilla es más alta que nunca.
El número de infecciones refractarias donde los antibióticos no funcionen va a aumentar. Esto afectará severamente la práctica clínica. En una sociedad sin fronteras, las bacterias resistentes a fármacos se expanden con velocidad. Más allá de los límites nacionales y regionales. Debemos de reforzar los sistemas de vigilancia internacional. Solo así podremos tomar medidas preventivas.