Por normatividad, los establecimientos de salud deben mantenerse libres de plagas pero, ¿qué pasa cuando la plaga es virtual?
La fiebre de Pokémon Go ha traspasado fronteras virtuales y físicas, por lo que los monstruos de bolsillo pueden aparecer no sólo en casas, parques, centros comerciales e iglesias, sino también en farmacias.
Este juego de realidad aumentada y geolocalización ha superado los 100 millones de descargas sólo en el sistema Android, de modo que ha cautivado a un público que, incluso, ha llegado a sufrir accidentes por distraerse mientras juega.
Ante este panorama no es de extrañar que una de estas criaturas virtuales aparezca en tu farmacia pero, ¿qué hacer si esto sucede?
Si hubiera un pokémon en la periferia del establecimiento, sobre todo si es uno legendario (de gran valor para los jugadores), podría suceder que atrajera a varias personas, en tal caso no habría nada qué hacer porque no se estaría afectando directamente al negocio ni los derechos del farmacéutico.
Sin embargo, si ocurriera que “Squirtle“, “Charmander”, “Snorlax”, “Psyduck” o “Ponyta” (entre muchos otros) aparecieran dentro de la farmacia y tras ellos una serie de “entrenadores pokemon”, el farmacéutico estaría en posibilidad de invitarlos a salir del establecimiento o pedir apoyo a las autoridades para desalojarlos, pues se trata de propiedad privada y, sobre todo, de un espacio del campo de la salud.
Aunque Pokémon Go podría funcionar como una forma de hacer publicidad para atraer clientes, lo cierto es que el juego arroja monstruos de bolsillo de forma aleatoria, por lo que de momento esto es imposible pero, al respecto, cabría preguntarse qué tan conveniente sería convertir la farmacia en un “gimnasio” o una “pokeparada”, ya que se trata de un establecimiento sanitario que debe respetar estricta normatividad.
Por ahora, sólo resta esperar que en la farmacia no aparezca una plaga de “Rattatas” seguida por “entrenadores” y “maestros pokémon”.
Imagen: Bigstock