El secretario de Salud de Veracruz, Fernando Benítez Obeso, compareció ante diputados locales para dar cuenta de las 109 instalaciones de salud que el gobierno de Javier Duarte dejó inconclusas.
De acuerdo a Proceso, los legisladores del PRI, PAN, PRD y Morena cuestionaron al titular de salud sobre la gran cantidad de obras inconclusas, entre las que destacan clínicas, hospitales de alta especialidad, una torre pediátrica y módulos de salud.
Benítez Obeso, quien se convirtió en el tercer secretario de Salud de la también inconclusa administración veracruzana de Javier Duarte, prófugo de la justicia desde hace más de un mes, señaló que además de las instituciones de salud inconclusas, también se detectó un posible daño patrimonial de 2 mil 860 millones de pesos, el cual según el funcionario, reportó en 2015, “pero ninguna autoridad hizo caso”, comentó.
Ante la metralla de preguntas que los diputados lanzaron al titular de salud, Benítez Obeso terminó por aceptar que la secretaría que se encuentra a su cargo presenta un pasivo de 7 mil millones de pesos vinculado a contratistas, proveedores y diferentes prestadores de servicios.
El dinero ya estaba etiquetado para que se utilizara en la construcción y remodelación de hospitales y clínicas, pero la mayoría de éstos quedaron inconclusos y por tal motivo mucha gente que tiene padecimientos muy graves se está muriendo porque no pueden ser atendidos; no hay hospitales, no hay nada”, aseveraron los diputados de las diferentes bancadas.
Por otra parte, la diputada perredista Jazmín Copete Zapot, acusó a Fernando Benítez Obeso por ofrecer cifras y datos contradictorios. “Por la grave situación que impera en los nosocomios, muchos veracruzanos no pueden recibir atención médica digna. Así que póngase de acuerdo, porque así como nos dice una cosa, nos dice otra”.
En tanto, el diputado Ernesto Cuevas fue más lejos al pedir la renuncia del secretario de Salud: “Tenga dignidad y renuncie al cargo”.
Así durante el resto de la comparecencia, los legisladores abordaron a Benítez Obeso por los casos de desabasto de medicinas, la compra de 70 mil pruebas de VIH falsas, el cierre de una clínica exclusiva para enfermos con VIH, el gasto excesivo de dinero para los traslados de los directores de hospitales y los presuntos actos del corrupción al interior de la SSa de Veracruz.