Comparado con el resto de la población entre 22 y 32 años, los estudiantes de medicina tienen niveles de estrés y desgaste emocional hasta 10 por ciento más altos. Además, sus índices de agotamiento pueden aumentar entre 15 y 29 por ciento durante su licenciatura o en la residencia para la especialidad. Estos factores los hacen significativamente vulnerables a cometer suicidios.
Así lo afirmó el grupo de diputados del Partido Nueva Alianza, quienes presentaron ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una solicitud para que la Secretaría de Salud (SSa) emprenda acciones específicas para reducir la incidencia de suicidios entre los estudiantes de medicina y los residentes.
La diputada Mirna Isabel Saldívar afirmó que el síndrome de burnout es especialmente frecuente en estudiantes de medicina, con una tasa de incidencia de hasta 60 por ciento según la Asociación Latinoamericana de Profesores en Medicina Familiar. Agregó también que las futuras profesionales de la salud son 60 por ciento más vulnerables que sus contrapartes masculinas, pues presentan signos y síntomas con mayor facilidad.
El grupo de diputados de Nueva Alianza afirmó que puede incrementarse la frecuencia de los suicidios entre estudiantes de medicina por las condiciones a las que los someten algunas clínicas y centros hospitalarios. Al respecto, aseguró que la incidencia del abuso, maltrato, hostigamiento, discriminación y acoso a los alumnos de salud se han incrementado sustancialmente.
Añadió también que los residentes y estudiantes de medicina pueden poner en riesgo su salud mental durante su etapa formativa con guardias médicas extenuantes y prácticas hospitalarias donde se les vulneran sus derechos humanos.
El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF), afirmó que no hay estadísticas exactas sobre cómo se genera esta problemática y cuál es su papel específico en la incidencia de suicidio. Sin embargo, algunos especialistas explican que este comportamiento destructivo podría originarse en posibles episodios de maltrato físico y psicológico de parte de los profesores, combinado con crítica continua, desmedida e infundada.