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Persona que falleció de cáncer toca las fibras más sensibles con estos consejos de vida

Holly Butcher, una mujer australiana de 26 años, dejó un gran legado de vida antes de morir a causa del cáncer.

Holly Butcher, una mujer australiana de 26 años dejó un gran legado de vida antes de morir a causa del cáncer. El sarcoma de Ewing no fue impedimento para que esta joven decidiera escribir una emotiva carta, la cual fue compartida por su familia a través de redes sociales horas después de su muerte.

En la carta, las palabras de Holly tocan las fibras más sensibles, pues invitan a la reflexión sobre lo que realmente importa en la vida.

Siempre me imaginé envejeciendo, arrugada, con el pelo gris y rodeada de la hermosa familia que planeaba tener con el amor de mi vida. Lo quiero tanto que me duele. Así es la vida. Es frágil, preciosa e impredecible y cada día es un regalo, no un derecho adquirido. No me quiero ir. Amo mi vida. Soy feliz. Se lo debo a mis seres queridos. Pero está fuera de mi control.

Holly Butcher señala que la mayoría de las personas evitamos pensar que la muerte es parte de la propia vida; sin embargo, preferimos ignorarla hasta que algo realmente grave, como una enfermedad, nos hace ser conscientes de ella.

Tan solo quiero que la gente deje de preocuparse tanto por lo insignificante y trate de recordar que a todos nos espera el mismo destino.

Cada vez que te quejes de algo insignificante, intenta recordar que alguien tendrá un problema de verdad. Agradece tener que enfrentarte a dificultades con solución. Está bien reconocer que algo es molesto, pero deja de lamentarte de una vez. Una vez hagas eso, sal ahí fuera y respira una bocanada de aire, mira al cielo, a los árboles. Es tan hermoso… Date cuenta de lo afortunado que eres de poder respirar”, afirma la joven australiana.

Y añade:

Puede que hoy te hayas quedado atrapado en el tráfico o hayas dormido mal. Puede que tu estilista te haya cortado mal el cabello, que tus pechos no sean tan grandes como quieras, que tengas celulitis o una panza enorme. Olvídate de todo. Te prometo que no pensarás en nada de eso cuando te llegue el turno para partir. Todo es tan insignificante que entenderás tu vida como un todo. Ahora veo cómo mi cuerpo se desvanece ante mis ojos, sin que yo pueda hacer nada, y todo lo que deseo es pasar otro cumpleaños, otra Navidad con mi familia, un día más con mi pareja o mi perro. Tan sólo uno más.

Consejos para una vida feliz, según Holly Butcher:

  • Escucha mucha música al día; no te limites.
  • Abraza a tu perro. Lo echaré de menos.
  • Habla con tus amigos, olvídate del teléfono.
  • Viaja, si es lo que quieres hacer. Y no lo hagas si de verdad no te apetece.
  • Aprende a decir que no. No te sientas presionado a hacer lo que otras personas piensan que es una vida satisfactoria. Es posible que desees una vida mediocre y eso está muy bien.
  • Trabaja para vivir. Parece un tópico, pero vale la pena recordarlo.
  • Haz lo que a tu corazón le haga sentirse feliz.
  • Come pastel sin remordimientos.
  • Di a tus seres queridos que los amas siempre que tengas la oportunidad.
  • Recuerda que si algo te está haciendo sentir mal, tienes la posibilidad de cambiarlo, ya sea en el trabajo, en el amor, lo que sea… Ten las agallas para cambiar. No desperdicies tu tiempo sintiéndote miserable.
  • Ah, y una última cosa. Si puedes, haz algo bueno por la humanidad y comienza a donar sangre regularmente. Las donaciones me ayudaron a mantenerme con vida un año más, un año del que estoy eternamente agradecida por haberlo pasado con mi familia, mis amigos y mi perro. Un año en el que pasé algunos de los mejores momentos de mi vida.

De acuerdo con la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología, en España, los pacientes con sarcoma de Ewing tienen una tasa de supervivencia superior al 70 por ciento; sin embargo, cuando ocurre una metástasis, disminuye a menos del 20 por ciento.

Por otra parte, el sitio Orphanet, (portal web de información de enfermedades raras y medicamentos huérfanos), destaca que el sarcoma de Ewing tiene un fuerte potencial metastásico. Ocurre entre los 5 y los 30 años de edad, con un pico de incidencia entre los 12 y 18 años.

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