Una de las peores sensaciones que puede desarrollar una persona es la pérdida de audición. Ocurre cuando un individuo tiene dificultad para seguir conversaciones o para oír en ambientes ruidosos. De manera inmediata genera incomodidad pero además también tiene un impacto directo a nivel emocional y social.
¿Cuántas personas tienen problemas para escuchar con claridad?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay más de 1,500 millones de personas que tienen problemas para escuchar bien. De ellas, 430 millones necesitan servicios de rehabilitación y además se estima que para el 2050 al menos 2,500 millones de individuos tendrán discapacidad auditiva.
Aquí el término “normal” lo usamos en su sentido estadístico, relacionado con la capacidad auditiva que tienen el promedio de los seres humanos. La pérdida de audición o hipoacusia se refiere a requerir más intensidad sonora para percibir un sonido, de la que requieren la mayoría de las personas.
“La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Y aunque actualmente es un padecimiento que se presenta a edades cada vez más tempranas, la incidencia aumenta con la edad. Entre los mayores de 60 años se estima que más del 25% padece de este problema discapacitante”, comenta el Dr. Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON).
Al hablar de este problema de inmediato se relaciona con la salud del paciente. Aunque la mayoría de las ocasiones se ignora el impacto psicosocial cuando no se trata en tiempo y forma.
¿Cuáles son los impactos emocionales y sociales de la pérdida de audición?
Cuando la pérdida de audición no se trata impacta en diversos aspectos de la vida cotidiana de una persona. Para los seres humanos es importante la pertenencia a un grupo, nos da seguridad.
Para todos nosotros compartir las opiniones de nuestros amigos nos da seguridad y sensación de integración. Para lograr eso es extremadamente útil la audición; al participar en conversaciones construimos relaciones y compartimos experiencias. Eso se hace más difícil para quienes padecen de pérdida auditiva.
Los niños con hipoacusia severa a profunda han demostrado tener más problemas de comportamiento que niños normo-oyentes, su comportamiento social es más retraído y menos colaborativo y se sienten más rechazados y menos cuidados que sus contemporáneos que escuchan normalmente, aunque esto puede no aplicar en miembros bien integrados a la comunidad silente.
En el adulto, la hipoacusia se asocia con menor soporte social, redes sociales disminuidas y menor cohesión familiar. Cuando la capacidad de socializar se afecta, el resultado es aislamiento social, que afecta la salud emocional y aumenta mucho el riesgo de depresión. A veces no notamos que el abuelo ya no participa en la discusión alrededor de la mesa familiar, hasta que nos percatamos de que en esos eventos se percibe aislado y solo. De ahí que la depresión, el aislamiento social y el deterioro cognitivo son los principales riesgos de una pérdida de audición no tratada.
Un estudio que transformó nuestra actitud hacia este problema encontró que los adultos que alrededor de 60 años presentaban una hipoacusia de grado superficial tenían el doble de riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer más adelante, el triple de riesgo si la pérdida era moderada, y 5 veces más riesgo si la hipoacusia era severa. Más recientemente se ha corroborado que si se trata la hipoacusia con auxiliares auditivos, el riesgo disminuye.
Primeras manifestaciones de la pérdida auditiva
- Tienes dificultad para entender las conversaciones, sobre todo en entornos con ruido de fondo. Es importante hacer notar que la persona que está perdiendo audición no siente que escucha menos, siente que le cuesta más trabajo comprender lo que los demás hablan.
- Entender una cosa por otra. Por lo anterior, se tienden a confundir palabras, y como a nadie le gusta estar pidiendo que le repitan las cosas, interpretan lo que creen que se dijo.
- Tu familia se queja de que le subes mucho a la TV u otros dispositivos. Es frecuente que eso lo noten las personas de alrededor antes de que se sienta una pérdida de audición.
- Estás participando menos que antes en conversaciones. Conforme se dificulta la comprensión del lenguaje, sobre todo en ambientes sociales que tienden a ser más ruidosos, las personas con pérdida auditiva tienden a aislarse de la interacción social.
- Percibes ruidos en tus oídos que no son producidos por algo externo. Esto se le llama acúfeno en español, más frecuentemente conocido como tinnitus por ser el término que se usa en inglés, y aunque no siempre, frecuentemente es de los primeros signos de pérdida de audición.
También lee: