A raíz de la cantidad de casos registrados por la pandemia del coronavirus se ha incrementado el número de casos de pacientes y/o familiares de pacientes que han agredido a los médicos en los centros de salud.
Desde el 28 de febrero, cuando se conoció el primer caso de COVID-19 en México, más de 200 médicos, enfermeras, enfermeros, directores de hospitales y personal de limpieza han sido golpeados, insultados, bañados en cloro y amenazados de muerte. Además, en su momento fueron impedidos de usar el transporte público, de ingresar a comercios o de usar los elevadores en los edificios que habitan y hasta llegaron a ser extorsionados.
La cifra, para ese entonces es una estimación que hizo Salud con lupa sobre la base de datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Fiscalía. Por supuesto, esto se ha mantenido mes tras mes y ni los médicos, ni el personal de la salud se sienten seguros en medio de esta situación.
Medidas a tomar
En vista de que el problema de las agresiones a médicos se ha magnificado, el pasado 24 de Octubre entró en vigor las Reformas del Código Penal del Estado México.
En este caso se adiciona en el artículo 238 del Código una sección donde se aclara que quien cause lesiones en contra de personal del sector de salud público o privado, será sancionado con penas de hasta ocho años de prisión, dependiendo del tipo de afectación. Antes de la reforma el agravante del delito se castigaba con penas de 3 meses hasta 6 años, y en casos menores de 30 a 150 días de multa.
Alfredo Del Mazo Maza, gobernador del Estado de México, publicó el decreto de la Legislatura en el marco del día del médico y la médica. Y aclaró que no solo se cambia la pena máxima sino que se añaden cargos extras, que van desde 6 meses a 2 años y de 50 a 300 días de sanción.
Una de las precursoras de la idea fue la diputada María del Pilar Ortega Martínez del PAN, quien también es presidenta de la Comisión de Justicia, aseguró que desde que comenzó la pandemia se inició una cacería de brujas.
Asimismo recalcó que no era justo que existan casos de discriminación y humillaciones contra este sector, por lo que estas reformas buscan garantizar su integridad. “Los casos de agresiones configuran delitos ya establecidos en nuestro sistema jurídico, pero nos parece francamente indignante que en los casos en los cuales hubo, incluso, persecución de delitos por lesiones, estas personas nunca pisaron la prisión”, añadió.
Este paso que se ha dado en aumentar la pena es en parte para homenajear a estos valientes que dan su vida y no decaen ni aún en medio de las adversidades. Es importante recalcar que la iniciativa contempla no sólo a doctores y enfermeras, sino a camilleros, personal de intendencia, choferes, estudiantes, pasantes, residentes y médicos internos.
Con estas medidas se espera que se reduzca la incidencia de los casos de médicos agredidos tanto verbal como físicamente. No olvidemos que los médicos han estado expuestos al virus y se han mantenido en sus puestos de trabajo al servicio de la población.