Recientemente hablamos del caso de la “bacteria pesadilla”, la cual ha mostrado una resistencia anormal a los antibióticos y actualmente azota a Estados Unidos con 221 casos detectados durante 2017; sin embargo, el citado patógeno no es el único que causa alarma alrededor del mundo, pues recientemente en Australia las autoridades se han mostrado preocupadas ante la elevada incidencia del virus HTLV-1.
La alerta en torno al citado virus se debe a que cerca del 40 por ciento de la población adulta de la isla ha sido infectada por el mismo, siendo los más afectados quienes viven en comunidades indígenas.
Pese a que los primeros casos de este virus datan de 1979, ha sido durante el último par de años que se ha incrementado de manera exponencial el número de contagios en Australia, lo cual resulta peligroso porque en caso de no atenderse de manera oportuna, el paciente puede llegar a desarrollar leucemia y linfoma, por lo que la consecuencias pueden ser mortales.
Al respecto, los médicos explicaron que el virus HTLV-1 puede transmitirse de madre a hijo a través de la lactancia materna, mediante el contacto con la sangre en transfusiones y por medio de relaciones sexuales sin protección, considerada esta última como la principal vía de contagio en la actualidad.
Por otra parte, debido a que otra de sus consecuencias es generar problemas en los pulmones y debilitar el sistema inmunitario del infectado, algunos especialistas han llegado a considerar al HTLV-1 como el “primo” del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
A su vez, son varios los científicos que han llamado a actuar de inmediato para evitar que la situación se salga de control y especialmente para prevenir que ocurra una epidemia como la generada hace 35 años con el VIH/SIDA.