Aunque la exposición al virus del zika no implica necesariamente que el bebé nacerá con microcefalia, los médicos pediatras están preocupado por cómo hacer seguimiento a estos infantes y, a la vez, atender a los que sí presentan dicha condición cerebral.
Estudios han determinado que entre 1 y 13 por ciento de las mujeres embarazadas infectadas con el patógeno durante el primer trimestre del embaraza tendrían un hijo con microcefalia, aunque se estima que una mayor cantidad de niños presentaría problemas sutiles de salud ocasionados por la exposición al virus durante su vida uterina.
Ante esta situación, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) anunció una subvención de 350 mil dólares del Departamento de Salud y Servicios Humanos a fin de crear una red de pediatras preparados para tratar a una generación de infantes con problemas de salud relacionados con el virus, no obstante, los especialistas aún se preguntan como enfrentar este fenómeno del que aún se sabe tan poco.
Por ello, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos convocaron a pediatras de las distintas subespecialidades para tratar el tema.
Neonatólgos, pediatras del desarrollo conductual, oftalmológicos, ortopedistas e infectólogos se reunieron y generaron lineamientos temporales para tratar a los niños procurando no causar preocupación excesiva en los padres.
A fin de que los bebés tengan “las mejores posibilidades de alcanzar su potencial más completo”, los pediatras crearon las directrices que se dieron a conocer en el “CDC Morbidity and Mortality Weekly Report”.
Con base en los casos de microcefia brasileños, se sabe que los bebés afectados por el virus podrían presentar retraso en el desarollo, convulsiones, problemas de alimentación, en tiroides, visuales y en coyunturas (que suelen contraerse excesivamente), de modo que resulta necesario someterlos a exámenes neurológicos, de audición, visión y hormonales regulares.
Sobre los niños que han nacido con cabeza de tamaño normal pese a haber estado expuestos al patógeno, los especialistas se proponen observar para no crear ansiedad extra en los padres, sin embargo, tiene claro que hay que vigilarlos, pues también tienen riesgo de presentar retraso en el desarrollo, pérdida auditiva y problemas visuales, por lo que es necesario hacer diagnóstico temprano.
Los pediatras actualmente se enfrentan al retro de tratar a una generación de bebés con daños en sistema nervioso aún no totalmente esclarecidos, los cuales son ocasionados por un patógeno del que poco se conoce, por tanto, aún tienen que responde preguntas:
- ¿Cómo es que el virus causa afectaciones?
- ¿En qué consiste el daño completo?
- ¿Como afecta el virus del zika los cerebros después del nacimiento?
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