¿Quién no conoce la frase “la primera impresión es la que cuenta”? Sin embargo, el valor de estas palabras es determinante en la relación médico-paciente, ya que en la medida en que éste último perciba al profesional de la salud se sentarán o no las bases de una comunicación efectiva.
A todos los adultos les resulta importante la vestimenta de los médicos, baste conocer la información publicada en el British Medical Journal sobre el tema:
- La mayoría prefiere que usen bata blanca porque la asocian a profesionalismo e higiene. No obstante, expertos en salud suelen discutir el hecho de que ésta bien puede constituirse en fuente de infección antes que ser una barrera contra ellas.
- Muchos pacientes prefieren que los médicos incluyan identificadores con su nombre en el bolsillo del pecho de su ropa.
- Investigaciones británicas y americanas señalan que los pacientes prefieren estilos formales de ropa sobre jeans, sandalias o tenis.
- Un estilo de vestimenta semiformal es aceptable cuando los médicos la acompañan de una sonrisa.
- Los pacientes mayores de 50 años se inclinan por estilos más formales.
Aunque la opinión de los adultos interesa a los pediatras en la medida en que son ellos quienes llevan a los niños a consulta, vale la pena preguntarnos qué prefieren los pequeños. Al respecto, debemos señalar que los niños mayores de 6 años (y sus familias) prefieren a los pediatras que usan atuendo identificado con la atención sanitaria y prácticamente descartan a aquellos vestidos con ropa de calle.
Si bien la vestimenta de los médicos suele basarse más en tradición que en moda o funcionalidad, cambios trascendentales en la profesión (como incursión de la mujeres en la práctica de la Medicina) han causado modificaciones en su elección a lo largo de la historia, por lo que, en este mismo sentido, también hay que estar atentos a las transformaciones en las preferencias de los pacientes.