Desde hace más de un año el mundo vive una de las pandemias más graves de la era moderna. A la fecha son millones las personas que permanecen encerradas para disminuir las probabilidades de contagio. Existen muchas actividades que ahora se realizan vía remota pero en el caso de la salud no es una opción para todos los casos. Por lo mismo la mayoría de los consultorios mantienen el servicio presencial de atención a pacientes. Es una actividad esencial que no se puede detener pero se debe llevar a cabo con la máxima precaución posible por el riesgo latente a contagiarte con el virus SARS-CoV-2.
Aprendizajes durante la pandemia
Desde que se identificó a la Covid-19 se han llevado a cabo investigaciones alrededor del mundo. Conforme pasa el tiempo se ha conseguido obtener más información acerca de sus síntomas y secuelas. Cada vez se obtiene un plano más completo con respecto a los daños inmediatos y a largo plazo que provoca en los pacientes. Aunque un aspecto que permanece en duda es la forma de contagio.
Al principio se pensaba que la forma de transmisión de esta enfermedad era mediante el contacto directo. Por lo mismo, una de las primeras indicaciones fue evitar los saludos de mano. Ahora se sabe que sí es una vía de contagio pero no es la principal. Los estudios recientes han comprobado que al momento de hablar o toser de expulsan partículas del virus SARS-CoV-2 que son las responsables de infectar a las personas.
Por lo anterior la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo que modificar sus directrices para recomendar el uso general del cubrebocas. Antes se pensaba que solo los enfermos debían cubrir su rostro pero ahora se sabe que todos deben seguir esta indicación.
El riesgo al que están expuestos los médicos
Lo que todavía no se ha podido determinar es el tiempo durante el cual las partículas del SARS-CoV-2 pueden mantenerse activas en el aire. Aunque una nueva investigación parece estar cerca de conseguirlo. Todo parte de un trabajo publicado en JAMA que señala que pueden permanecer en el ambiente desde 30 minutos y hasta horas cuando se trata de interiores.
La investigación hace énfasis en que las gotas más grandes de los aerosoles (> 100 μm) se pueden desplazar hasta una circunferencia no mayor a dos metros de la persona infectada. Precisamente por eso se recomienda mantener una sana distancia. Pero un hallazgo fundamental es que los aerosoles que se emiten al respirar son hasta 100 veces más pequeños (<5 μm). Lo peligro con ellos es que tienen la capacidad de viajar más allá de dos metros.
A partir de lo anterior se obtiene que los lugares cerrados como los consultorios médicos son los lugares más peligrosos. A diario son visitados por personas infectadas o sospechosas e inclusive aunque se mantengan todas las medidas de higiene y seguridad prevalece un alto riesgo. Inclusive después de que el paciente sale de la habitación hay rastros del SARS-CoV-2 que pueden permanecer en el ambiente y contagiar a los médicos.
Con esto en mente es que adquiere más importancia el ofrecer seguridad a todos los profesionales de la salud lo más pronto posible. Con la vacuna se podrían evitar cuadros graves de la enfermedad pero en México todavía hay miles de trabajadores, en especial del sector privado, que no han recibido el biológico. Eso los deja expuestos y vulnerables a la Covid-19.