En términos generales, las personas “heredan” muchas características de sus padres. Más allá de los aspectos físicos y la propensión a enfermedades, también está la parte emocional. Ésta última generalmente está determinada por la educación y los hábitos familiares. Estos factores socioculturales, en muchas ocasiones, son incluso más importantes que los genéticos. Lo anterior parece aplicar no solo en la salud, sino en cómo las personas consiguen a sus parejas.
Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio propone que las madres heredan a sus hijos las habilidades para obtener parejas. Los pacientes no solo tendrían el mismo número de relaciones sentimentales que sus progenitoras. También la interacción en la dinámica interpersonal tendría características similares. Así lo afirma Claire Kamp Dush, investigadora líder del hallazgo.
Nuestros resultados sugieren que las madres tienen ciertas características. Éstas las hace más o menos deseables en el mercado del matrimonio. También, influye su efectividad al encontrar parejas. Sus hijos heredan estas habilidades y comportamientos. Incluso, tienden a presentarlos en sus propias relaciones sentimentales.
Herencia de parejas va más allá de los divorcios
El estudio, publicado en la revista PLOS ONE, surgió a raíz de estudios que sugerían que los hijos de madres divorciadas tienen más probabilidades de disolver sus propios lazos maritales. Sin embargo, Dush afirma que esta relación trasciende esta situación particular. Para sus resultados, el equipo de investigación utilizó dos bases de datos con siete mil 152 participantes. Una de ellas contenía información social, compilada por 24 años, de mujeres. La otra, de sus hijos biológicos.
Se encontraron resultados interesantes especialmente cuando las madres cohabitaban con sus parejas. Si ya tuvieron divorcio y volvían a salir, los hijos también tendían a hacer lo mismo. Incluso se encontró que, entre hermanos, esta actitud era más recurrente en los que convivían más con sus progenitoras.
Dush expone que es posible que las madres con más parejas tengan dificultades para sobrellevar relaciones. Ya sea por problemas mentales, incapacidad para resolver conflictos o pocas habilidades sociales. Esta inestabilidad emocional, con la interacción en la juventud, podría heredarse a los hijos. A la inversa es similar: personas con menos compañeros de vida, pero una interacción más saludable.