Debido a las enormes listas de espera para un trasplante de riñón, muchos pacientes están dispuestos a someterse a un experimento asombroso.
De acuerdo a una investigación hecha por las universidades de Pennsylvania y Johns Hopkins, los pacientes en cuestión podrían recibir un riñón que posiblemente los contagie de hepatitis C.
A pesar de que transmitir un virus de forma consciente puede ser una medida muy drástica, estas dos universidades piensan todo lo contrario, pues argumentan que si los nuevos medicamentos que prometen curar la hepatitis C realmente son tan efectivos, las personas que reciban un riñón o cualquier órgano infectado por esta enfermedad podrían mejorar su calidad de vida.
Los investigadores se encuentran realizando estudios piloto para ensayar el trasplante de riñones de donantes muertos con hepatitis C a receptores que no tienen el virus. “Si las investigaciones tienen éxito, es posible que cientos de riñones, y tal vez corazones y pulmones, sean trasplantados cada año”, anunció el nefrólogo Peter Reese, líder de la investigación. “Si tuviéramos suficientes riñones no lo haríamos, pero actualmente en Estados Unidos tenemos una carencia de donación de riñones. La lista de pacientes que esperan este órgano alcanza las 99 mil personas”, señaló.
Mientras tanto, Irma Hendricks, de 66 años, ha sido una de las personas que decidió someterse a este experimento. “Cuando me diagnosticaron enfermedad renal, los médicos me dijeron que al menos tenía cinco años para conseguir un trasplante de riñón. La diálisis me permitía seguir con vida y apenas tenía fuerzas para seguir con mis actividades diarias”, comentó.
Pero al enterarse del experimento, Irma no dudó en participar, aun cuando los médicos le advirtieron que la cura de la hepatitis no era bastante segura.
Peter Reese señaló que después del trasplante, la paciente tomó una pastilla contra la hepatitis todos los días durante tres meses, además del tratamiento correspondiente para el trasplante.
“Después de estudiar los análisis, pudimos observar que la hepatitis C desapareció rápidamente. Ahora con un riñón nuevo que funciona perfectamente, Irma tiene la energía suficiente para jugar con sus nietos”, declaró el especialista, quien aclaró que aún faltan por realizar varios experimentos para corroborar la efectividad del tratamiento.