- La especialidad de Ginecología y Obstetricia es una de las que registra más quejas de acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED).
- Las pérdidas gestacionales son una de las peores experiencias que pueden sufrir las parejas que aspiran a convertirse en padres de familia.
- Para este tipo de situaciones es fundamental ofrecer un trato humanitario y utilizar las palabras adecuadas.
La planificación familiar es muy importante para todas las parejas. Tomar la decisión de tener un hijo (o no) involucra a dos personas. Ahora bien, para los futuros padres lo peor que les puede ocurrir es sufrir de pérdidas gestacionales. El impacto que se genera no desaparece al poco tiempo sino que permanece el resto de la vida. Por eso es muy importante el tacto para abordar a mujeres y hombres con este tipo de antecedentes.
Los cuidados perinatales otorgados por los obstetras incluyen la vigilancia prenatal y la asistencia intraparto. Tienen como objetivo conseguir que todo embarazo y parto culminen con una madre y un hijo sanos. En nuestro país la Ginecología y Obstetricia es una de las especialidades con mayor número de quejas en la estadística de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) y de algunas comisiones estatales de arbitraje médico. Se trata de la especialidad más relacionada con daño permanente o muerte cuando se asocia con mala práctica.
En este contexto, SOPHIA, institución académica especializada en formar y capacitar personas que atienden a mujeres y familias en situación de pérdidas gestacionales, dio a conocer una serie de recomendaciones para el personal de salud. No importa si se trata de instituciones públicas o privadas porque todos las deben de seguir.
Consejos para el personal médico
De acuerdo con María del Carmen Alva, Fundadora de SOPHIA, “la muerte gestacional es un asunto poco tratado alrededor del mundo y, específicamente, en nuestro país. Esta es la razón por la cual ofrecemos, de manera constante y periódica a lo largo del año, webinars, talleres, conferencias y diplomados cuya principal meta es formar académicamente personas que sean capaces de entender, escuchar y acompañar a otras en situación de pérdida gestacional”.
Desarrollar la escucha activa
Puedes mostrar pesar por la muerte. Lo que no puedes es aliviarles el dolor, pero puedes compartirlo y ayudarles a sentir que no están solos. Debes evitar iniciar conversaciones si no estás dispuesto a escuchar y prestar atención, mantener la mirada y ofrecer respuestas sinceras. Necesitarán hablar del bebé sin represiones.
Dales tiempo a los pacientes
Para una persona en estado de shock es muy difícil tomar las decisiones correctas. Los padres necesitan tiempo para llegar a sus propias conclusiones. Infórmales sobre las decisiones a tomar en ese momento y dales tiempo para decidir.
Habla sobre la situación actual
Los afectados necesitan estar informados para sentir que tienen algo de control sobre la situación. No les digas lo que deben hacer o sentir; no los juzgues. Explícales sus opciones y apóyalos en sus decisiones. Aunque no estés de acuerdo con sus decisiones, hay que respetarlas. Si crees que necesitan más o mejor información, intenta transmitirla de manera con tacto y discreción.
Sé comprensivo(a)
Es importante guiarse por el sentido común para tratar cada caso. Analiza y revisa las circunstancias de cada situación para poder ofrecer el mejor apoyo posible, siempre desde la óptica de la comprensión.
Hazles saber que estás ahí
A veces vale más algo de contacto físico que palabras: una mano en el hombro, un abrazo si lo consideras oportuno, puede llegar mil veces más lejos que “las palabras correctas”.
No menciones que pueden tener más bebés
Aunque esto sea cierto, este bebé es único para ellos. En el caso de que tengan otros hijos, no sugieras que deberían estar agradecidos por ellos, pues una persona es irremplazable, independientemente del tiempo que haya existido.
Brinda consejos pero jamás los impongas
Actualmente se recomienda ofrecer siempre a los padres la posibilidad de ver a su bebé fallecido y respetar al máximo el criterio de cada uno. Habrá quien prefiera no verlo. Algunos estudios señalan que no verlo puede incrementar levemente el riesgo de estrés postraumático. Si no desean ver al bebé también se les puede describir cómo es físicamente, si lo desean. Esto les puede ayudar a comprender que el bebé tiene una apariencia física normal. Siempre hay que dejarles saber que si cambian de idea solo hace falta decirlo.
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