Regularmente, la altura es una característica codiciada por todos los individuos. Especialmente en los hombres, medir más que el resto de la población es visto como un rasgo físicamente atractivo y deseable. Sin embargo, estos individuos podrían desarrollar cáncer más fácilmente, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B.
La investigación, llevada a cabo por el académico Leonard Nunney de la Universidad de California, apunta que los pacientes altos corren mayor riesgo de desarrollar cáncer simple y sencillamente porque poseen más células en su cuerpo. En general, por cada 10 centímetros adicionales de talla, el peligro aumenta en 10 por ciento con respecto al resto de la población.
Nunney afirmó que este mismo fenómeno se puede ver en otras especies del mundo animal, particularmente los perros. Apuntó que en estudios previos se había teorizado que los mismos factores hormonales, ambientales o genéticos que provocaban una altura mayor también eran responsables de la incidencia de cáncer. En su investigación descubrió que, simplemente, como se tienen más células, hay más oportunidades para que existan mutaciones negativas.
Aunque la diferencia es casi insignificante, el estudio señala que este efecto es hasta tres puntos porcentuales más significativo para las mujeres que en los hombres, por lo que las pacientes femeninas son más vulnerables a contraer cáncer por su estatura.
Igualmente, algunos tipos de cáncer tienen una relación mucho más agresiva con la estatura que otros. Nunney señaló específicamente que la probabilidad de desarrollar un melanoma es mucho más grande que en otros tipos de tumores. El experto teoriza que esto puede ser debido a que las personas altas tienen un nivel mayor de la hormona IGF-1, ligada al desarrollo de la enfermedad.
Al respecto de la investigación, Georgina Hill, de la organización Cancer Research UK, señaló que los pacientes no deberían mostrarse muy preocupados por su estatura. Afirmó que este fenómeno ya se suponía y que su efecto es suficientemente pequeño como para que pueda ser combatido con hábitos saludables, como mantener un peso ideal y dejar de fumar.