Seguramente a lo largo de tu carrera profesional te ha tocado atender a más de un paciente que confunde los síntomas de la resaca con algún padecimiento más grave. A continuación te presentaremos el caso opuesto, es decir una mujer que confundió los síntomas provocados por un tumor cancerígeno con una simple resaca.

La historia de Hope Stringer comenzó hace poco más de un año luego de una noche de fiesta en la que el alcohol fue uno de los grandes protagonistas, razón por la que a la mañana siguiente, cuando la chica se despertó con un fuerte dolor de cabeza, decidió achacárselo a su noche de juerga. Incluso cuando del dolor se prolongó por un par de días se lo atribuyó al “ya no soy la misma de antes”.

Sin embargo, cuando sus síntomas no mejoraron al cabo de una semana decidió acudir al médico,  quien le señaló que se trataba de un simple episodio de migrañas, por lo que procedió a recetarle analgésicos simples… hasta en tres ocasiones diferentes.

Tras un par de meses los síntomas comenzaron a empeorar, comencé a sentirme enferma todo el tiempo y sufría de visión borrosa y mareos todo el tiempo. Al principio me dijeron que se trataba de migraña. Afortunadamente cuento con atención médica privada por lo que decidí someterme a una resonancia magnética para saber qué pasaba conmigo.

Tras el examen los médicos fueron capaces de descubrir la verdadera causa detrás de los dolores de cabeza de Hope, un tumor cancerígeno ubicado en la base del cráneo. Tras la detección del sarcoma de tejido blando, Hope tuvo que dejar su trabajo para someterse a seis sesiones de quimio y radioterapia.

Afortunadamente para Hope la detección del tumor fue realizada a tiempo, por lo que ha podido continuar con su vida de manera normal; sin embargo, el final pudo haber sido diferente de haber seguido creyendo que se trataba de un simple efecto secundario provocado por su consumo de alcohol.