- Las playas son uno de los destinos predilectos de los turistas durante las vacaciones de verano.
- Las actividades acuáticas como nadar aumentan el riesgo de desarrollar infecciones como la otitis del nadador.
- De acuerdo con la OMS, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en el 2050.
El verano ya llegó y lo más común es salir de vacaciones y por lo mismo es necesario poner atención a la otitis del nadador. Aunque no se le menciona con frecuencia en realidad es un problema bastante común. Como consecuencia, la mayoría de las personas desconocen desde sus síntomas hasta la forma en que se puede prevenir.
Para empezar, romper con la rutina es positivo para cuidar la salud mental. Tomar unos días para conocer nuevos lugares o simplemente para descansar es básico para combatir el estrés y la ansiedad.
Ahora bien, uno de los destinos predilectos para visitar durante las vacaciones de verano son las playas. El clima cálido es atractivo para los turistas y permite permanecer alejado de la vida laboral durante unos días.
La enfermedad más común de las temporadas vacacionales
Dicho lo anterior, ahora es momento de hablar acerca de la otitis del nadador, también conocida como otitis externa. Es una infección del conducto auditivo externo que puede ocurrir debido a la exposición prolongada al agua, especialmente en actividades acuáticas como nadar.
Se produce cuando el agua queda atrapada en el canal auditivo externo, lo cual crea un ambiente húmedo y propicio para el crecimiento bacteriano o fúngico.
“Esto puede ocasionar inflamación, enrojecimiento, picazón y dolor en el oído. Además es posible que experimentes una sensación de oído tapado, secreción del oído y dificultad para escuchar correctamente”, comenta el Dr. Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología.
¿Cómo prevenirla?
Para prevenir la otitis del nadador es fundamental tomar ciertas precauciones durante las actividades acuáticas:
- Seca tus oídos adecuadamente: Después de nadar o bañarte, asegúrate de secar bien tus oídos. Usa una toalla suave y seca para eliminar cualquier rastro de humedad. También puedes inclinar la cabeza hacia un lado y moverla suavemente para permitir que el agua salga de los oídos.
- Evita la manipulación excesiva: No introduzcas hisopos de algodón, dedos u otros objetos en el canal auditivo. Esto puede dañar la piel y provocar la entrada de bacterias.
- Usa tapones para los oídos: Es una medida controversial, porque aunque los tapones para los oídos ayudan a evitar que el agua entre en el canal auditivo, protegiendo así tus oídos de posibles infecciones, si los tapones no se colocan adecuadamente o se utilizan de manera prolongada sin permitir que el oído respire y se seque adecuadamente, pueden crear un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos.
En general, se recomienda el uso de tapones excepto en personas que tengan alguna enfermedad o antecedente específico de oído que los requiera.
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