Desde hace siglos las plantas medicinales han sido las mejores aliadas para combatir todo tipo de enfermedades. Y si bien la eficacia científica de muchas de ellas aún está por comprobarse la OMS ya aprobó un protocolo para ensayos clínicos de fase III de plantas medicinales para probar su eficacia en la lucha contra el virus.
La decisión se tomó debido a la lentitud con la que se ha dado la vacunación y prevención del virus. Abriendo el panorama y orillando a que los expertos tomen nuevas alternativas para los tratamientos anticovid que existen actualmente, planteado la cuestión del uso de medicinas tradicionales para combatir enfermedades contemporáneas como la que nos aqueja actualmente.
¿Una salida segura?
Al igual que otras áreas de la medicina, la ciencia sólida es la única base para las terapias de medicina tradicional seguras y eficaces”, explicó Prosper Tumusiime, director de Cobertura Sanitaria Universal y Grupo de Curso de Vida en la Oficina Regional de la OMS para África. “La aparición de la Covid-19, como el brote de ébola en África occidental, ha puesto de relieve la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y acelerar los programas de investigación y desarrollo, incluida la medicina tradicional”, concluyó.
Además del protocolo, se firmó una carta con términos de referencia para el establecimiento de una junta de monitoreo de datos y seguridad para la medicina herbal. Pues los ensayos clínicos de fase III son fundamentales para evaluar completamente la seguridad y eficacia de un nuevo producto médico.
“Si se determina que un producto de medicina tradicional es seguro, eficaz y de calidad garantizada, la OMS lo recomendará para una fabricación local a gran escala y acelerada”, explicó el Tumusiime. Además, se señaló que a través del Foro Regulador de Vacunas Africanas hay un punto de referencia sobre el cual se pueden evaluar y aprobar los ensayos clínicos de medicamentos y vacunas en la región en menos de 60 días.
Por otro lado, los socios de la OMS como el Centro Africano para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Comisión de Asuntos Sociales de la Unión Africana. Evidenció como el COVID-19, al igual que el ébola revelan la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y acelerar los programas de investigación y desarrollo, incluida la medicina tradicional.
El eterno debate sobre la medicina tradicional
Desde siempre la visión sobre la medicina tradicional y los procesos científicos se han enfrentado continuamente. Sin embargo, esto sólo demuestra que si bien existen prácticas “sin fundamento” también existen componentes medicinales importantes dentro de esos organismos. Cosa que merece ser valorada y estudiada críticamente y sobre todo cuando puede tener un impacto sustantivo sobre la salud pública de la actualidad.
La UNAM dentro de todos los proyectos de investigación que se realizan con plantas medicinales ha dado a conocer distintos casos de éxito que comprueban la utilidad de las plantas medicinales.
De entre todos ellos destaca el estudio de la Annona diversifolia, la cual fue utilizada para reducir la severidad de las convulsiones en las personas con epilepsia. Esta enfermedad crónica se caracteriza por trastornos neurológicos causados por descargas eléctricas sincronizadas de distintos grupos de neuronas las cuales, al liberar diversas sustancias en el cerebro, provocan convulsiones en el enfermo que lo llevan desde a tener alucinaciones y descontrol hasta la pérdida de conocimiento.
La Annona diversifolia con la que trabaja el doctor Navarrete Castro es una planta de la familia botánica a la que pertenecen la guanábana y la chirimoya, de la cual se sabe que sus hojas, al igual que las de la Annona, reducen la severidad de las convulsiones.
En México, la importancia de las plantas medicinales no sólo radica en su riqueza como parte de la cultura, sino también en el conocimiento científico.
Notas relacionadas:
AMLO habría recibido este tratamiento de herbolaria contra la Covid-19
La herbolaria en el Siglo XXI, ¿una tradición que sigue siendo necesaria?
ENTREVISTA: Regular la herbolaria reduciría la carga de trabajo en los hospitales mexicanos