Luego de que la OMS designara al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, como Embajador de la Buena Voluntad para África por “mejorar el sistema de salud de su país”, el organismo decidió revocar su nombramiento 3 días después en respuesta a una fuerte oleada de críticas.
Y es que el nombramiento de Mugabe, quien gobierna Zimbabwe desde 1980, fue blanco de fuertes protestas a nivel internacional, pues los adversarios políticos del mandatario africano lo acusan de violación de los derechos humanos.
Por ejemplo, la organización Human Rights Watch condenó el nombramiento del mandatario africano al argumentar que en vez de mejorar el sistema de salud de su país, lo colapsó gracias a la corrupción.
Por su parte el gobierno de Gran Bretaña también se manifestó en contra de la decisión tomada por el director general de la OMS y mostró su extrañeza por la designación de Mugabe como embajador del organismo de salud internacional.
En tanto, Obert Gutu, portavoz del Movimiento para el Cambio Democrático, principal partido de oposición en Zimbabwe expresó:
Mugabe destrozó el sistema de salud. Él y su familia salen del país para atenderse en Singapur ya que nuestros hospitales públicos están colapsado por tanta corrupción.
Tedros Adhanom cambió de opinión tres días después
Después de los argumentos de desaprobación de la comunidad internacional sobre tales hechos, el titular de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en un comunicado haber escuchado a todos los que expresaron sus preocupaciones.
He consultado con el gobierno de Zimbabwe y he llegado a la conclusión de que esta decisión (de revocar el nombramiento de Robert Mugabe) es en el mejor interés de la OMS.
Mandatario africano queda en buenos términos
Horas después de la revocación, el gobierno de Zimbabwe advirtió que perderían el respeto y benevolencia de la OMS en caso de anular el nombramiento de su presidente; sin embargo, Jonathan Mojo, ministro de Educación Superior del país africano, escribió en su cuenta de Twitter que Zimbabwe respetaría la decisión de Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Imagen: Kahawatungu.