Esta semana la Cámara de Diputados aprobó los cambios a la Ley General de Salud para que los médicos y enfermeras que forman parte del Sistema Nacional de Salud puedan hacer valer la objeción de conciencia, y así rechazar la prestación de servicios como el aborto. Sin embargo, esta decisión ya provocó el primer desacuerdo entre miembros del PAN, PRD y del Partido Movimiento Ciudadano.
Jorge Triana, diputado panista se mostró a favor del dictamen y cuestionó a la bancada del PRD sobre querer coartar una libertad personal y básica.
Si la libertad de conciencia surge de un tema religioso, es algo que a nosotros no nos importa, porque todos los ciudadanos podemos hacer lo que queramos siempre y cuando nos mantengamos en el marco de lo que estipula la ley, y siempre y cuando no perjudiquemos a otra persona y sobre todo, que no atentemos contra la vida y contra la libertad de otro mexicano.
Por su parte la diputada del PRD, Cecilia Soto, quien se mostró en contra de la nueva reforma, dijo que la entrada de la objeción de conciencia representaría un riesgo para la salud de los pacientes, ya que las ideologías religiosas podrían comenzar a normar la política de salud pública en un país laico como México.
Esta nueva ley le está dando armas a algunos profesionales de la salud que en cualquier momento pueden apelar a la objeción de conciencia con algo que no tiene que ver con la salud de sus pacientes.
Mientras tanto, diputados del PRI se unieron a los legisladores panistas, bajo el argumento de que los médicos y enfermeras no podrán excusarse de ejercer su trabajo cuando la vida de una persona esté en peligro tratándose de una emergencia médica.