Por años, la obesidad y el sobrepeso han ocupado la atención del sistema de salud. Al menos, en lo que se refiere a la nutrición. No es para menos, ya que factores como la globalización aumentan su incidencia. A consecuencia, se espera que estas condiciones estén presentes en el 40 por ciento de la población para 2030. Sin embargo, no son los únicos desafíos del sector.
La especialista Maggida Nahle así lo dijo en entrevista con Saludiario. Esta experta es egresada de Nutrición Humana y Deportiva de la Universidad Autónoma de Coahuila. Dijo que la obesidad y el sobrepeso sí son los trastornos alimenticios más peligrosos. Especialmente, porque aumentan el riesgo de muchas enfermedades cardiovasculares. Éstas, a su vez, conllevan un peligro de muerte. Sin embargo, la bulimia y la anemia también son graves y no deberían dejarse a un lado.
Bulimia y anemia, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), aumentaron en 300 por ciento. Este incremento se dio solo en los últimos cuatro años. Es un dato aproximado, pero sí se tiene una mayor presencia. Antes era predominante en mujeres, hasta casi los 25 años. Pero ya hay casos en hombres y en niños también. Incluso en personas de la tercera edad.
El camino a una correcta nutrición nacional
Nahle reafirma que la responsabilidad de los profesionales de la salud está en la prevención. Lamentó que muchos esfuerzos todavía se concentren en las terapias curativas. Reafirmó que evitar la incidencia de estos trastornos alimenticios es la mejor forma de cuidar a la población. Además, apuntó que una correcta nutrición nacional también necesita de una “receta”.
Primero, se debe reforzar el uso del Plato del Buen Comer. La especialista afirma que tiene resultados concretos en la nutrición. Para la obesidad y el sobrepeso, debe complementarse con un menor consumo de comida chatarra y más actividad física. En otros trastornos alimenticios, especialmente anemia y bulimia, se necesitan más cosas. Específicamente, aumentar la ingesta de nutrientes y complementar la atención con psicología.
A pesar de estas propuestas, Nahle cree que la acción de los profesionales de la salud no es suficiente. Apunta que también se requiere de un apoyo de las políticas públicas. Sugiere que campañas de información y concientización serían muy efectivas en la mayoría del país. Pero en zonas sin acceso a nutrición de calidad, también se les deben proveer alimentos a las comunidades.