- De acuerdo con la OMS hay 158 millones de niños y adolescentes a nivel global con exceso de masa corporal.
- La Unicef cataloga a México como el país con mayor obesidad infantil en todo el mundo.
- El riesgo latente es que puede desembocar en problemas como la diabetes, infartos, altos niveles de colesterol e insuficiencia renal, entre otros.
La obesidad infantil ha ganado terreno hasta convertirse en uno de los problemas de salud pública más graves en México y el resto del mundo. El cambio en el estilo de vida es uno de los principales responsables de esta situación. Aunque lo más preocupante es que cada año aumentan los índices de menores con exceso de masa corporal.
México ya es líder mundial en obesidad infantil
La infancia es uno de los periodos fundamentales para el desarrollo ya que es cuando se generan hábitos sociales, deportivos y alimenticios para toda la vida. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los niños representan más del 35% del total de la población.
Ante su importancia y representación en el país, es importante promover prácticas para su bienestar social, mental y físico. Lograr que niños y niñas tengan un desarrollo óptimo requiere de la atención de todas las áreas de su crecimiento, siendo una de las más importantes y urgentes la alimentación.
Desafortunadamente México ocupa uno de los lugares más altos en obesidad infantil (38%), lo cual puede mermar gravemente en su crecimiento de niños y niñas.
Lo que no se debe ofrecer a los menores
Dada la importancia de este tema, la nutrióloga Diana Ancona, Maestra en Salud Global y experta en nutrición para el desarrollo infantil, menciona que una de las sustancias más dañinas para la salud en los menores son los edulcorantes.
Estas sustancias están presentes en casi todos los alimentos que consumimos. Se encargan de dar un sabor dulce de forma natural o artificial y aunque formen parte de nuestro día a día, es importante tener muy presente que no son productos recomendados para niños.
“Debemos ser conscientes de lo que ofrecemos a nuestros niños y niñas para evitarles problemas a largo plazo. Según la Asociación Americana de Pediatría, el uso a temprana edad de estas sustancias puede desencadenar una serie de afectaciones graves para ellos. Dentro de la lista están la alteración de la microbiota intestinal, inflamación, problemas en el metabolismo, aumento de peso, problemas cardiovasculares e incluso riesgo de padecer diabetes a temprana edad”.
La nutrióloga también hace hincapié en que resulta fundamental reconocer que los más pequeños no necesitan endulzantes artificiales para tener un desarrollo óptimo porque esto puede causarles problemas de salud a largo plazo, así como la generación de hábitos alimenticios poco sanos para la adultez.
Con respecto a los padres de familia, menciona que deben realizar compras conscientes y preparadas que brinden a los pequeños la mejor nutrición posible. Durante la niñez, su desarrollo sano y equilibrado depende únicamente de las decisiones alimenticias que los tutores toman para su bienestar.
Sin duda, la mejor manera de actuar y cuidar la salud de los infantes es tener en cuenta acciones de prevención para padres primerizos, tales como:
- Cuidar el alimento que se les brinda.
- Evitar el consumo de endulzantes durante los primeros dos años de edad.
- Promover el consumo de frutas, verduras y edulcorantes naturales como el dátil, manzana o plátanos para evitar que sus paladares se acostumbren a alimentos o productos tan dulces
- Conocer que tanto aporte nutricional tiene lo que compramos y consumimos.
“Como padres en pleno siglo XXI, la mejor herramienta que tenemos es la información. Mediante la generación de hábitos saludables desde temprana edad podemos brindar a nuestros hijos una herramienta que cuide de su salud durante la adultez. Aún nos queda un largo camino por recorrer en lo que se refiere a nutrición infantil, pero siempre podemos hacer, crear y promover mejores prácticas que ayuden a los pequeños a vivir una infancia feliz y sobre todo saludable”.
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