La normativa mexicana de etiquetado de alimentos, que está programada para entrar en vigencia en octubre, requerirá un etiquetado nutricional en la parte frontal de los comestibles, que describa claramente los riesgos para la salud que se presentan cuando esos productos tienen un alto contenido de azúcares, calorías, sal y grasas saturadas.
Según la OMS, México es el mayor consumidor de alimentos procesados en América Latina y el cuarto más grande del mundo. Por eso, el país ha luchado durante mucho tiempo con altas tasas de obesidad y diabetes. Esta crisis de salud pública se ha visto agravada por el nuevo coronavirus, que golpea con especial dureza a las personas que padecen esas enfermedades.
La obesidad alcanzó proporciones epidémicas en México, después de que se uniera al Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá a principios de la década de 1990. Esto abarató los precios y facilitó el acceso a alimentos procesados y poco saludables.
Hace una semana, el estado mexicano de Oaxaca prohibió la venta, distribución y publicidad de comida chatarra y bebidas azucaradas a los niños, convirtiéndose en el primer estado del país en hacerlo.
El octágono de la salud
Desde el 1 de octubre, el símbolo octogonal con fondo negro y borde blanco será el logo que le indicará a los mexicanos cuáles alimentos tienen un contenido alto calórico o en azúcares. Todo esto, con el fin de que se reduzcan los índices de obesidad en la población. En este momento la preocupación no va solo por los niños y adolescentes, sino por los adultos. Las estadísticas del IMSS indican que 7 de cada 10 mexicanos padecen de obesidad.
El empaque de todos los alimentos tiene que decir “exceso de calorías”, “exceso de azúcares” o “exceso de grasas saturadas”, según corresponda. En declaraciones, la investigadora de la Alianza por la Salud Alimentaria y el Poder del Consumidor, Paulina Magaña manifestó que el etiquetado es fácil de entender y que no es necesario ser experto en química, ni perder tiempo leyendo las etiquetas. El octágono de la salud emite un mensaje claro, visible desde el primer momento.
Un paso al cambio generacional
Con este cambio drástico en los empaques, no solo se quiere dar una advertencia de los alimentos que consumimos los mexicanos a diario, sino que crea consciencia del riesgo que se corre al comprarlo.
Se sabe que impulsar cambios en el consumo en la población adulta, es un poco más difícil, sin embargo el ministerio de salud en México, junto a todo el movimiento en los medios de comunicación esperan tener un impacto positivo.
En el caso de los niños y adolescentes, se están creando esfuerzos para resaltar la importancia de consumir alimentos saludables y que las empresas fabricante de estos productos “no saludables” muestre un interés real por encima de los económicos.