Durante el último siglo se han presentado más avances tecnológicos que nunca. Con el desarrollo de múltiples herramientas se busca facilitar las labores diarias. Dentro de los inventos de la medicina contemporánea, la vacuna ha sido uno de los mayores porque ayuda a prevenir millones de muertes. Pero aunque parezca difícil de comprender, en la actualidad existen personas que se niegan a su aplicación.
Conocidos como grupos antivacunas, su origen se remonta a finales del siglo pasado. Todo fue gracias a un estudio publicado en la revista The Lancet en el que se afirmaba que las vacunas provocaban autismo. Aunque poco tiempo después de demostró que la información era errónea, fue demasiado tarde. Desde entonces se han multiplicado las personas que piensan que eso es real. Eso ha provocado que enfermedades como el sarampión se multipliquen en todo el mundo.
Ahora, la revista Annals of Internal Medicine publicó un nuevo trabajo de investigadores del Statens Serum Institut de Copenhague de Dinamarca. El trabajo incluye el análisis de 657 mil 461 niños nacidos entre 1999 y 2010. A todos se les brindó seguimiento y se aseguró que recibieran las inmunizaciones correspondientes.
Del total de niños observados, 6 mil 517 fueron diagnosticados con autismo. Pero al comparar a los niños vacunados con los que no lo estaban, no se encontraron diferencias sustanciales en los índices de riesgo de autismo.
De esta forma, se reafirma que no existen vínculo entre ambas. Ahora lo importante es propagar el estudio y evitar que continúen ideas falsas que afectan la salud. Las vacunas son esenciales para ayudar a las personas a prevenir diversas enfermedades.