En nuestro país se estima que el 30 por ciento de los adultos sufren de hipertensión, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la hipertensión arterial es culpable del 80 por ciento de los fallecimientos derivados de complicaciones de enfermedades no transmisibles en África.
Por su parte, uno de los objetivos de la tecnología es desarrollar métodos y tratamientos que permitan combatir distintas enfermedades y padecimientos pero que a su vez también sean de apoyo para los médicos en el desempeño de sus labores diarias.
En ese sentido, investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (UEM), ubicada en Estados Unidos, partieron del hecho de que cada vez más personas cuentan con un smartphone para diseñar un dispositivo que se conecta a equipo y permite medir la presión arterial del usuario con sólo colocar un dedo sobre el sensor.
El usuario coloca su dedo sobre un sensor de presión y sigue las instrucciones que se muestra en el teléfono para aumentar gradualmente la fuerza aplicada. Al mismo tiempo, otro sensor se encarga de medir el volumen de sangre y mediante una aplicación que se debe descargar, el teléfono es capaz de medir al instante la presión sanguínea y brindar un resultado en pantalla.
Mientras tanto, continúa en discusión la medida propuesta el año pasado por el Colegio de Cardiología de Estados Unidos (ACC) que propuso modificar los parámetros de lectura para que ahora una persona con una presión sistólica de 130 mmHg a 139 mmHg y de 80 mmHg a 89 mmHg sea considerada como hipertensa, situación que a la fecha continúa causando controversia entre la comunidad médica internacional porque consideran que provocará un sobrediagnóstico de hipertensos.