En muchas ocasiones se ha mencionado que las personas invidentes suelen desarrollar más el resto de sus sentidos, situación que resulta verdad en muchos casos. A partir de dicha creencia surgió la idea de que las personas invidentes realicen exámenes táctiles para la detección del cáncer de mama.
Originalmente dicha idea surgió de la mente del médico alemán Frank Hoffman, quien bautizó a la técnica como “Discovering hands” y después de ver sus exitosos resultados, ahora un grupo galenos colombianos optó por traerla a Latinoamérica bajo el nombre de “Manos que salvan vidas”.
En este caso, las autoridades colombianas declararon que parte de los buenos resultados se deben no sólo a la sensibilidad que tienen las personas invidentes, sino también a que realizan una prueba mucho más detallada y minuciosa porque, a diferencia de los médicos tradicionales que hacen una revisión táctil que dura 2 o 3 minutos, el tiempo que ellos emplean suele durar entre 30 y 40 minutos por paciente.
Francia Papamija, una invidente que participa en el proyecto, comentó la forma en que ella aprecia esta nueva forma para detectar el cáncer de mama.
Ser una auxiliar examinadora táctil es un mundo diferente, un reto, donde la discapacidad es una oportunidad. A partir de esta discapacidad puedo reconocer los tejidos y las diferentes patologías, tocarlas e identificarlas en los cuerpos de otras personas.
Por su parte, Stefan Wilhelm, coordinador del proyecto en su versión colombiana, explicó las ventajas que ofrece esta terapia.
Los invidentes tienen un tacto mejor desarrollado por el fenómeno de neuroplasticidad y gracias a esto es que les permite encontrar un 28 por ciento más de masas en el tejido glandular, que son hasta un 50 por ciento más pequeñas que las que el personal médico descubre en los exámenes de rutina.